Lívidos

Opinión:

"Lívidos" transporta al lector hasta un alucinante escenario fantasmagórico donde lo difícil, más que seguir con vida, que también puede resultar bastante complicado, es mantenerse cuerdo. O, como mucho, no trastornarse demasiado.

Ocurren muchas cosas que rompen la realidad una y otra vez, deslizando la trama hacia la enajenación completa. Lo de menos son las sesiones de espiritismo, alguna tan exitosa como perturbadora, así como los rituales y conjuros que realizan algunos personajes para deshacer una maldición, que se resiste a desaparecer. Son vanos intentos de recuperar el orden de las cosas y que chocan repetidamente contra fuerzas superiores..

Aunque al principio parece una historia más de fantasmas con un escritor maldito como protagonista, para mi regocijo pronto empieza a cambiar la estructura de la trama y entonces es cuando me he planteado que hay dos formas de leer esta novela:

Una sería tomársela como una excelente película de terror, con el lector en el papel de espectador que se aferra con todas sus fuerzas a la silla para no perder el alma en cualquiera de las escenas que bombardean con saña su maltrecha psique.

Otra sería entrar en la historia y vivirla en primera persona como si fuese un personaje más, aunque no se le haya mencionado en ningún momento de la trama, como unos cuantos innombrados que están ahí dentro también.

Me gusta más esta, personalmente he disfrutado mucho más así, aunque no diré con qué personaje me he sentido más identificado, pues cada cual tendría una preferencia propia.

"Lívidos" es un libro de sensaciones, de un crudo desgarro psicológico. Puede parecer que la realidad está retorcida, aunque eso sería lo de menos, porque llegará un momento en que aparezca una pregunta capital: ¿qué realidad? Porque, a fin de cuentas, la historia avanza con insana coherencia en un escenario de inaudito desasosiego, sin dejar cabos sueltos, hasta un final que puedo calificar de apoteósico.

Selin