Límites y renovaciones

Opinión:

Un gran número de artistas que ya pertenecen a la historia de la Literatura Universal y que son estudiados por críticos, estudiosos literarios, universitarios o alumnos escolares; todos ellos son difíciles de comprender y estudiar. Si ya de por sí es difícil entender el psique de alguien -un amigo, un familiar, etc.-, aún lo es más cuando se trata de alguien que vivió una época y un siglo diferente al nuestro. Rudyard Kipling pertenece a ese gran número de escritores cuya escritura ya se escapa bastante de la literatura actual. Sin embargo, siempre es interesante tener entre las manos a alguien que nos puede brindar reflexión y nueva filosofía o forma de ver nuestro entorno. 

Rudyard Kipling fue el primer escritor británico en ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Además, el más joven en hacerlo de todos los escritores galardonados. En su carrera literaria destacó más por sus poemas o sus relatos cortos que por sus novelas, de las cuales destaca sin duda alguna "Kim". A nivel mundial él siempre será recordado por el libro "El libro de la selva", que Disney inmortalizó a finales de los años sesenta. Gran parte de su producción literaria habla del Imperialismo y de la India. Fue también un autor que escribía relatos acompañados de poemas, los cuales suelen ser una especie de moraleja de la historia. En la obra aquí presentada, "Límites y renovaciones", encontramos un poema o dos por relato.

A pesar de que la obra no apareció hasta el año 1932, siendo, por tanto, la última en publicarse de colección de relatos cortos, su creación se produjo poco después de la muerte de su hijo John Kipling, muerto en la batalla de Loos, en Francia, en 1915. Este trágico accidente sumió al autor en una profunda depresión a nivel psicológico y humano. Ninguno de sus relatos presenta un humor sano que sea con algún propósito jocoso. Con temas dispersos, en todos ellos se concentra el dolor y el sufrimiento que un padre debe padecer cuando tiene que vivir más tiempo que sus hijos. La Primera Guerra Mundial provocó mucho daño moral sobre el ser humano, y Kipling quiere plasmar aquí las consecuencias psicológicas de alguien que ha vivido la guerra. Relatos como "La mujer en su vida" o "El milagro de San Jubano" se centran en ex combatientes en la guerra que han enfermado de una forma u otra y padecen de alucinaciones. Ambos relatos acaban con final feliz, y, de hecho, la resurrección es otro tema que Kipling emplea en esta obra. De una forma u otra los personajes sufren de algo y acaban siendo curados. Kipling creía mucho en la esperanza del ser humano y en su salvación. No hablamos aquí de un escritor fatalista. Sólo de un filósofo al que le gustaba centrarse en el aspecto psicológico de los personajes y en describirlos sobre todo a través de sus diálogos, donde nadie parece ser quien es. 

La religión está también muy presente. No hay más que leer el último relato para percatarse de ello. En "Miserias no acordadas" aparece el propio diablo como personaje, además del arcángel Gabriel o Azrael, el Ángel de la Muerte. En "A la manera de los hombres" aparece san Pablo o en "La Iglesia que había en Antioquía" un soldado romano se convierte en la figura de ni más ni menos que Jesucristo. Además de todo esto también encontramos la francmasonería, con relatos científicos o sobre astronomía, lo que nos da una idea de que Kipling se trató de un hombre con muchas inquietudes y con una mente abierta. 

Finalmente la venganza también tiene su protagonismo. Seguramente es producto del odio y rechazo que le produjo la muerte de su hijo. El primer relato "Aurora malograda" habla de litigio y de venganza por una mujer o "Lugares pintorescos" habla de venganza contra un comandante que sólo quiere remover "basura" dentro de un pueblo.

No es menester mencionar que alguien galardonado con el Premio Nobel esté dotado de un nivel literario grandioso y excelente. Para cualquier aficionado de la buena Literatura, Rudyard Kipling debería estar en la estantería. Y qué menos que leer relatos cortos de unas veinte páginas durante el viaje en tren o en alguna escapada. 

Cristià Serrano