Las uvas de la ira

Opinión:

Brutal. Esa es la palabra con la que puedo definir a esta obra de Steinbeck, merecedora del premio Pullitzer en 1940 y que yo no conocía ni literaria ni cinematográficamente (hay varias adaptaciones en cine, una de las más conocidas, la protagonizada por Henry Fonda y dirigida por John Ford). Así que me he ido dejando… no sé si seducir es la palabra… por la obra página a página, palabra a palabra. Dudo de que seducir sea el vocablo correcto porque esta es una novela desgarradora, que nos pone frente a la inhumanidad, el rechazo al diferente, el miedo a los que supuestamente vienen de fuera a quitarnos el pan y frente a quienes se aprovechan de la necesidad más extrema. Pero tal vez sí pueda ser seducir la palabra adecuada, porque el autor logra ir enganchándonos a esta historia cruda y cruel sin demasiadas alharacas, con una prosa tan sobria e inclemente como la propia realidad que nos va mostrando.

Steinbeck logra realizar en las casi 700 páginas que tiene esta quinta edición, publicada en enero de 2019, un recorrido por la Historia Norteamericana del siglo XX, en concreto por la Gran Depresión y sus terribles consecuencias para todo el país, sobre todo (y es el sector que queda aquí reflejado), el campesinado y las familias menos pudientes. De hecho, el autor toma a una de ella como modelo de lo que, sin duda, sufrieron mucha de ellas, lo que consigue que el lector se implique emocionalmente tanto en la historia como en la Historia.

Como si de una road-movie se tratara, Steinbeck (tras contarnos la historia de la familia Joad, presentarnos a sus miembros y asistir al debate sobre su futuro) nos embarca en la misma camioneta desastrada que ellos y nos hace recorrer buena parte de la geografía americana, solo para descubrir que el hambre, la necesidad y la miseria (económica pero también moral) se han extendido por todo el país.

Gracias a este viaje, conoceremos las costumbres de la época y cómo se organizaban esas riadas de campesinos en busca de un futuro mejor que van llegando de buena parte de Norteamérica con destino las grandiosas huertas de California. Así, descubriremos organizaciones más humanitarias y otras más estrictas, pero sobre las que siempre pende la espada de Damocles del rechazo, el odio e, incluso, el engaño y la injusticia.

Con ese gran escenario de fondo, el autor nos cuenta la historia de la familia Joad y nos presenta a una serie de personajes a los que no hay manera de no querer, a pesar de su excesiva inocencia o, tal vez, ignorancia. Las redes que tejen entre ellos, sus pesares, sus ilusiones, la dureza de las situaciones a las que han de enfrentarse y su eterna disposición a seguir siempre hacia adelante, pase lo que pase, van calando en el corazón del lector y mostrando lo difícil que es mantener la dignidad y la humanidad en según qué contextos.

Junto a todos estos temas, Steinbeck también reflexiona en esta magna novela sobre el fanatismo religioso, los derechos de los trabajadores, la explotación laboral, la organización social, la situación de los oprimidos, la justicia, la vida en la cárcel, el alcoholismo, la maternidad o el matrimonio. Y, sobre todos ellos, la semilla de la esperanza y la humanidad que determinada gente siempre mantendrá frente a cualquier tipo de adversidad.

En definitiva, una obra que hay que degustar y digerir con calma, porque remueve conciencia y corazón y nos hará reflexionar (y mucho) sobre la condición humana en las condiciones más adversas.

Lidia Casado