Las tres heridas

Opinión:

A través de pequeños saltos en el tiempo, la autora nos da a conocer la historia de los variados personajes de la novela. Una historia dura y cruel, que en este caso es ficción, pero que bien pudiera ser realidad.

Los personajes que aparecen en la foto de Ernesto Santamaría son Andrés y Mercedes. Nosotros iremos conociendo poco a poco su historia, mientras Ernesto no cejará en sus pesquisas para averiguar algo sobre sus vidas. La historia de esta pareja es dura. Ellos representan a la clase humilde, los problemas que han tenido que afrontar en un país en guerra, una guerra que ellos no han buscado.

En el medio de esa guerra, la historia de Mercedes y Andrés se cruzará con la de Teresa y Arturo. Éstos últimos representan cómo vivía la guerra la clase más pudiente, sobre todo en el caso de Teresa.

A través de estas dos parejas, la autora nos muestra la crueldad de los primeros días de la contienda. El anarquismo y el caos que imperaba en las calles de Madrid, donde comunistas y socialistas sólo estaban de acuerdo en que había que acabar con el levantamiento. Las traiciones estaban a la orden del día, las denuncias por envidias eran la constante, los crímenes de sacerdotes y monjas fueron continuos desde el principio, los asesinatos de gente que de dinero y que tuviese en algún momento contacto con la falange eran cotidianos.

Hasta ahora estábamos acostumbrados a que las novelas que nos narraban esta época hacían hincapié en la barbarie cometida por el ejército y por todos los adeptos al franquismo tanto en la guerra como en la postguerra. La apuesta que hace Paloma Sánchez-Garnica al mostrar que el bando republicano tampoco se quedó atrás en cuanto a barbarie es fuerte pero muy buena.

Me ha gustado su forma de enfocar el problema, una guerra que ha afectado por igual a los dos bandos, que llenó de miseria, pobreza y dolor a las dos partes. En esta novela no hay héroes, hay supervivientes. En ocasiones odiaremos la manera de actuar de algunos de los personajes que pululan por estas páginas, sólo hay que pensar ¿cómo actuaríamos nosotros en ese momento y en esa época?

Esta novela lo contiene todo. Se me ha encogido el corazón, he llegado a llorar y sin embargo me ha sorprendido por el toque de esperanza que deja. Está claro que estamos ante una de las novelas del año.

La novela sólo tiene una pega que a mí me ha chocado: abusa un poco del laísmo. Al principio pensé que la autora querría dar un toque a algún personaje utilizándolo pero cuando ya lo vi en la narración ya me he dado cuenta de que no era así. Pensaba que los correctores estaban para pulir cosas por el estilo.

Mila L.Castelo