Las palabras y los muertos

Opinión:

Son muchas las cosas que llaman la atención en esta novela, siendo el hecho del supuesto fallecimiento de Fidel Castro el que más sorprende por lo creíble que resulta. En apenas unas páginas uno se puede situar en la piel de Facundo Ramírez, el narrador, o sentirse un oyente en su despacho. Ante la perplejidad de la muerte salen a su memoria todos los recuerdos de la Revolución así como los pequeños detalles vividos; no es de extrañar que su apodo fuese "la sombra". Pero esta condición le supone ser el punto de mira de quienes temen que hable tras su muerte y pueda sacar a la luz momentos trascendentales de la historia cubana.

Facundo nos presenta a un Fidel Castro marrullero, pandillero, en ocasiones racista y de fuertes convicciones en la santería; pero son sus conversaciones en privado las que manejan un perfil del dictador más combatiente. Como dice en uno de sus pasajes, lo importante es escucharle, creer firmemente en lo que dice y piensa, repetirlo como un mantra y al final llevarlo a la práctica; en definitiva, controlar al máximo el Socialismo que ha elegido el proletariado bajo su dictadura.

El recorrido que nos propone el autor gana con cada nuevo aporte que hace a la historia, convirtiendo su lectura en un apasionante relato con el que descubrir sus opiniones sobre los máximos dirigentes internacionales o acerca de los intelectuales de los que se rodea. Las críticas al Ché Guevara, Hugo Chávez, Mario Vargas Llosa o Gabriel García Márquez, marcan el carácter más conocido del dictador.

Capítulo aparte merece la radiografía que realiza de cada uno de los miembros de su familia, en especial de Raúl Castro y en la que también contribuyen otras voces. El relevo, preparado desde hace años, nos acerca a unos hechos que se han ido cumpliendo desde la primera publicación de la novela en el año 2007. En ellos, nos habla de conspiraciones que traspasan las fronteras y alianzas que les favorecen en un momento crucial para América.

Tras más de cinco décadas en el poder, su biografía está unida a la historia cubana, aunque sus logros siempre estarán empañados por los oscuros secretos de su mandato, los campamentos de prisioneros por los que sentir vergüenza, sus amistades peligrosas con Rusia, China, Venezuela, por haber albergado a miembros de ETA, la financiación de servicios por medio de la droga, o la supuesta fuga de habitantes que no se correspondía más que a un intento de limpiar las calles de disidentes, homosexuales, religiosos y población negra marginal que estaban alterando el orden, su orden, pidiendo lo que ellos consideraban sus derechos.

Gracias a una ágil literatura, y sin agobiarnos con los datos que nos facilita el autor, su lectura resulta muy interesante por la cantidad de asuntos con los que sorprenderse. Una manera amena y entretenida de conocer los entresijos de la dictadura cubana y de lo que le deparará el futuro.

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