Las olimpiadas lentas

Opinión:

"Las olimpiadas lentas" es la segunda novela infantil perteneciente a la serie El Club Edison. En ella, los niños continuarán con las aventuras de Julio, Alba y Salomón. "Las olimpiadas lentas" se desarrolla a los pocos días de "El Fantasmatrón", la primera novela de la serie.

"Las olimpiadas lentas" está escrita por David Lozano y Diego Chozas e ilustrada por Lourdes Navarro. Pertenece a la colección de SM, "El Barco de Vapor", serie Naranja, lo cual quiere decir que está orientada para niños a partir de 8 años.

A pesar de que "El Fantasmatrón" y "Las olimpiadas lentas" son aventuras independientes, lo mejor es leerlos por orden, ya que la historia tiene continuidad por lo ocurrido en Tediópolis y así los niños hilarán mejor ciertos diálogos y referencias al primer libro.

Aunque la historia está escrita a cuatro manos, no se nota en ningún aspecto. David Lozano y Diego Chozas han creado una historia muy entretenida y original. El vocabulario está adaptado perfectamente para que los niños lo puedan leer solos. Es una lectura muy ligera, y con la que pasarán momentos muy divertidos, de soltar auténticas carcajadas, algo que está prohibido en Tediópolis. Los capítulos son más bien cortos, lo cual hace que la lectura sea más dinámica. Además, en la historia continuamente están pasando cosas, así que los niños no van a tener margen de aburrirse.

Al principio de la historia se han incluido un pequeño "glosario" con información sobre Tediópolis. Su geografía, historia, cultura turismo, o gastronomía, entre otras, que harán al lector hacerse una idea de cómo es la ciudad y el suplicio que sería vivir en ella. De igual manera, al final de la historia, se ha incluido información sobre una máquina muy curiosa "El Recuperador de Calcetines Perdidos", un loco (aunque útil) invento, que bien podría ser obra de El Club Edison.

"Las olimpiadas lentas" trata sobre una ciudad muy curiosa, llamada Tediópolis, en la que su monarca, Tedi Osho IV tiene prohibidas las risas y cualquier tipo de diversión. Los habitantes solo visten colores anodinos, solo hay un canal de televisión llamado Matraca TV, se ven continuamente coches fúnebres por las calles y practican deportes muy curiosos. Por ejemplo, durante las Olimpiadas Lentas, la carrera de los 100 metros lisos de lentitud, puede durar horas y horas, el hockey es sobre una hierba muy alta, por lo que los jugadores pierden mucho tiempo en buscar el disco, o el fútbol es con una pelota muy pesada, para que no se puedan hacer grandes pases ni jugadas.

Por ello, Julio, Alba o Salomón, tres amigos, han fundado El Club Edison, con el que inventan diferentes y alocadas máquinas para conseguir que la población de Tediópolis se ría y lograr las 239.547 risas necesarias para derrotar a Tedi Osho IV.

Con los amigos de El Club Edison, los niños pasarán ratos muy divertidos, ya que los autores han ideado escenas muy originales y que dentro del aburrimiento típico de Tediópolis harán reír a los lectores. Hay nombres muy originales, como el profesor Pérez Osho, el colegio Máximo Rollazo, el músico Soporovich o el compañero de clase de los protagonistas, Rigor Mortis. Me ha parecido todo un acierto, ya que los niños pueden jugar a adivinar que palabra se esconde detrás de algunos nombres o incluso dejar volar su imaginación y crear nuevos nombres acordes a Tediópolis.

En "Las olimpiadas lentas" se destaca al valor de la amistad y el trabajo en equipo. Alba, Julio y Salomón trabajan juntos y comparten ideas para que la nueva máquina funcione a la perfección. Además, los niños aprenderán también que no está bien que siempre nos adulen sin méritos o nos den siempre la razón, incluso eso puede cansar, es mejor tener amigos que nos digan la verdad. Gracias a El Club Edison aprenderán también que, aunque no se gane, no hay que tirar la toalla. Hay que alegrarse por lo que se ha logrado, por hacer mejorado y seguir intentándolo, seguro que la siguiente vez sale mejor o incluso consiguen su propósito.

Lourdes Navarro ha sido la encargada de las ilustraciones que amenizan la lectura de "Las olimpiadas lentas". Las ilustraciones son muy simpáticas, con expresiones graciosas gracias a los grandes ojos de los personajes. Son muy coloridas y, aunque siempre se destaca a los protagonistas, el fondo de la ilustración está también muy trabajado y lleno de detalles. Mantienen ese punto infantil pero a la vez más adulto que gusta a los niños de más edad. Creo que la ilustradora ha sabido captar muy bien la esencia de la historia y, sobre todo, de los curiosos personajes que en ella encontraremos.

El final de "Las olimpiadas lentas" ya nos anticipa que habrá más aventuras de El Club Edison y que además no están solos, ya que por la ciudad han aparecido unas misteriosas pintadas con unos chistes... muy malos y curiosos. Así que, en la siguiente entrega veremos que loco invento idean para provocar las risas... la diversión estará asegurada.

Vane Gómez