Las novelas de Torquemada

Opinión:

En "Las Novelas de Torquemada" se cruzan varios personajes de otras novelas de Benito Pérez Galdós, pero, como son las primeras que leo, no puedo decir mucho más al respecto más allá de lo que indicaban las notas y la introducción de Ignacio Javier López, bastante detallada, así que me centraré en cada novela por separado.

"Torquemada en la hoguera" me costó muchísimo, aunque es una novela corta. El autor la escribió mucho antes que las otras, y eso se nota en el dramatísimo tono de la historia (habla de cómo Torquemada afronta la muerte de su hijo). El caso es que no solo no empaticé con el personaje, que intenta pactar con Dios la salvación de su hijo haciendo actos solidarios, sino que me aburrió un poco y me hubiera sentido tentada de dejarlo de no haber estado en el AVE sin más entretenimiento a mi alcance que una película independiente que pintaba mal como alternativa.

"Torquemada en la Cruz" mejoró bastante, ya que me hizo gracia el avaro intentando asimilar el lenguaje de los ricos. En ningún momento pierde su personalidad, aunque empieza a meter chascarrillos de lenguaje más elevado a diestro y siniestro de forma muy inteligente, pero inevitablemente se equivoca a veces y mete bastante la pata. Aun así, hay partes más pesadas, pero no me dieron ganas de abandonarlo.

Sigue en la misma línea "Torquemada en el Purgatorio", donde el ávaro asciende imparable en la escala social gracias al gasto al que le obliga a meterse, una y otra vez, su cuñada. Me resultó bastante simpático cómo se pillaba unos grandes rebotes porque él lo único que quería era acumular dinero, sin darse cuenta de que en realidad el gasto simplemente consigue hacerle ganar aún más. El problema es que, más allá de eso y de la locura gradual del cuñado ciego, que no acepta que sus predicciones catastrofistas no se cumplan ni dejar de ser el "niño" de la casa, no hay demasiado conflicto y se hace un poco repetitivo.

Cierra el círculo, aunque afortunadamente con un tono más cercano a la segunda y la tercera novelas, "Torquemada y san Pedro", donde el avaro se enfrenta a una vida vacía y, cuando ve la muerte cerca, vuelve a negociar con Dios (esta vez con su representante, un sacerdote) para ganarse las puertas del cielo.

En definitiva, aunque empezó muy mal, luego las novelas mejoraron bastante, a pesar de que, en la línea del realismo, el ritmo es desesperadamente lento, predominan las descripciones y algunas partes me resultaron bastante redundantes, por no hablar de lo pesados que se me hicieron ciertos discursos. El personaje es bastante simpático y se presenta una estampa bastante interesante del Madrid de la época, de modo que me ha parecido una lectura que merece la pena.

Déborah F. Muñoz