Las huellas de la vida
Título: Las huellas de la vida
Título Original: (Remarkable creatures, 2009)
Autor: Tracy Chevalier
Editorial:
Duomo
Colección: Nefelibata
Copyright:
© 2009, Tracy Chevalier
© 2019, de esta edición: Antonio Vallardi Editore S.u.r.l., Milán.
Traducción: Ignacio Gómez CalvoIlustraciones: B/N
Edición: 1ª Edición: Marzo 2019
ISBN: 9788417128630
Tapa: Blanda
Etiquetas: biografía novelada ciencia clases sociales Inglaterra mujeres histórica literatura estadounidense novela siglo XIX Darwin evolución de las especies sociedad inglesa prejuicios pioneras referentes femeninos Elizabeth Philpot Mary Anning Lyme Regis (Dorset)
Nº de páginas: 394
Argumento:
Mary Anning y Elisabeth Philpot no fueron dos mujeres más en la Inglaterra del siglo XIX. Aunque pertenecían a clases sociales distintas a ambas les unía una pasión: la ciencia y los fósiles.
Las playas de Linney eran ricas en ellos. Tanto Mary como Elisabeth recogían los que encontraban. Para ambas no eran meros objetos sino una prueba de la evolución de la vida adelantándose a las teorías de Darwin.
Opinión:
Ysabel M.
Tracy Chevalier es una de mis escritoras favoritas desde que la descubrí con su novela "La joven de la perla" publicada en 1999. Esta novela me convirtió en una lectora fiel. "Las huellas de la vida" acaba de ser publicada por la editorial Duomo pero no es exactamente una novedad ya que, en 2009, fue publicada por Plaza & Janés. El por qué ahora la reedita Duomo lo desconozco pero no es algo negativo sino todo lo contrario: una magnífica oportunidad para volver a disfrutarla o hacerlo por primera vez en el caso de que no se haya leído antes.
La novela es fiel al estilo de Tracy Chevalier. De nuevo hay un fondo histórico que envuelve la trama. En esta ocasión, nos traslada a la Inglaterra de principios del siglo XIX y sus protagonistas vuelven a ser dos mujeres con una fuerte personalidad: Mary Anning y Elizabeth Philpot, ambas, además, existieron en realidad. "Las huellas de la vida" es la biografía novelada de las dos.
Aparentemente, no tienen nada en común. Elizabeth es de clase acomodada que se ha trasladado a vivir a Lynne a raíz del matrimonio de su hermano John. Como era normal en Inglaterra, al casarse el heredero el resto de la familia debía abandonar la casa paterna por eso, Elizabeth y sus hermanos, se trasladan a Morley Cottage, una casita situada en la costa de Lynne. Aunque el lugar es más pequeño que Londres, Elizabeth está encantada porque puede dedicarse a una de sus mayores aficiones: recoger fósiles en la playa. La costa de Lyme es rica en ellos y van a ponerle en contacto con Mary. Ella, a diferencia de Elizabeth, es pobre. Su padre es carpintero y la familia se gana un dinero extra vendiendo los fósiles que encuentran en la arena. Mary y Elizabeth pronto compartirán su afición. Para las dos son algo más que piedras, son un punto de reflexión. Antes de las teorías de Darwin, las dos (sobre todo Elizabeth) empezarán a plantearse la evolución de la vida y los cambios que ha experimentado la naturaleza. Hay una conversación que mantienen Elizabeth y su sobrino John que lo refleja muy bien. Ella le reconoce que no cree en la versión que la Iglesia ha dado sobre la Creación, sino que la vida ha ido evolucionando. Ideas valientes, más viniendo de una mujer.
Elizabeth y Mary muestran que las mujeres, a pesar de lo que se pretendía y de cómo las tenía la sociedad del XIX, no eran meras comparsas. Que había quienes se interesaban por la ciencia, por investigar y pensar. Pero una sociedad como la del momento se lo ponía muy difícil. Las dos descubrieron importantes fósiles pero ser mujer les impedía que se les fuese reconocido por las Sociedades Científicas. Es más, a Mary, por ejemplo, le acusaron de falsificar las piezas que encontraba.
"Las huellas de la vida" vuelve a atrapar al lector. Tracy Chevalier tiene un estilo narrativo que va envolviendo al lector. Su forma de escribir siempre me ha parecido muy elegante, directa y cercana. En esta novela, la voz narradora va alternándose entre Mary y Elizabeth lo cual nos deja conocerlas mejor. Aunque hay un momento en el que se enfadan, por culpa de un hombre, la amistad que hay entre las dos es muy profunda. Una amistad que muestra un respeto y admiración mutuo. Creo que las dos se dan cuenta de que necesitan estar unidas para hacer frente a tantos prejuicios, para hacerse valer como mujeres. Hay una reivindicación femenina que es necesaria ya que, las verdaderas Elizabeth y Mary, fueron un poco ninguneadas.
También se aprecia la labor documental que se ha llevado antes de ponerse a escribir, algo fundamental cuando se trata de una novela histórica. No solo se recrea bien la vida de ambas protagonistas, también la de la época. La de esa sociedad inglesa que va abriéndose pero que, al mismo tiempo, mantiene barreras con algunos sectores de la misma.
Otra de las grandes ventajas de esta novela es que la lees sin darte cuenta. Sucede con todas las novelas de Tracy Chevalier, cuando te das cuenta has llegado al final y te entra una extraña sensación: por un lado, feliz porque el final es tal como esperabas, pero triste también porque te da pena que haya acabado. Se hacen muy cortas sus novelas.
¿Y vale la pena leerla? Sí. Es una historia bella con la que aprendes mucho al mismo tiempo.
Ysabel M.
Gemma Nieto
Ya desde el principio de la obra, Tracy Chevalier, sienta las bases de los que será lo más importante de la novela: los sentimientos y los pensamientos de sus personajes. Las huellas de la vida es un texto escrito con ternura y muy emotivo que deja de lado todo atisbo de acción. Por su propia esencia la narración es lenta y fluye segura careciendo de picos de tensión ni de ningún otro artificio que pueda "arrastrar" al lector. Le engancha, por supuesto, desde las primeras páginas, pero no le apasionará, no le "moverá".
Esta historia evoca recuerdos de "Mujercitas" de Louisa May Alcott, por la intensidad con que narra la vida y sus complicaciones de dos mujeres. Pero nada más, le falta fuerza y pasión. No arrastra, sólo guía. No es fuego, sólo rescoldo.
Su estilo es cuidado y la prosa correcta. No en vano la autora conoce su trabajo y ha escrito un libro para leer reposadamente en una tarde de otoño.
Quizá uno de los puntos débiles de la novela sea el punto de visto utilizado para narrar su obra. Ha elegido la primera persona y alterna capítulos en los que habla por boca de la dama culta y otros en los de la joven analfabeta. En ambos casos, sus voces suenan igual, no hay nada que permita distinguir, de cara al lector, quién de las dos habla.
De cualquier forma, "Las huellas de la vida", gustará a todos aquellos que disfrutaron con obras del tipo de Tomates verdes fritos.
Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com
Comentario de los lectores:
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