Las flores del mal
Título: Las flores del mal
Título Original: (Les fleurs du mal, 1857)
Autor: Charles Baudelaire
Editorial:
Alianza
Copyright:
© Traducción de Antonio Martínez Sarrión, 1977
© Alianza Editorial, S.A., 2011
Edición: 1ª Edición: Mayo 2011
ISBN: 9788420652788
Tapa: Blanda, bolsillo
Etiquetas: mitos romance amor dioses más allá fantasmas espíritus erótica mayores de 18 años erotismo gótico gótica literatura francesa mitología poetas recopilatorio de autor recopilación sociedad francesa autores malditos
Nº de páginas: 256
Argumento:
Envuelta en escándalo en el momento de su aparición (la primera edición, en 1857, padeció la supresión de los seis célebres poemas condenados por el Tribunal Correccional de París), «Las flores del mal» inauguró una poética innovadora que se traduce en la búsqueda de la musicalidad del poema, en la audacia de la imagen y en el famoso sistema de «correspondencias» que habría de dar origen al movimiento simbolista. Desgarrada entre la sensualidad y el espiritualismo, entre la atracción de la belleza y el poder del mal, la poesía de Charles Baudelaire (1821-1867) -trasladada de forma exquisita al castellano en la presente traducción- se enraíza en la soledad del hombre contemporáneo. Versión de Antonio Martínez Sarrión
(argumento editorial)
Opinión:
Anika Lillo:
Soy una gran lectora, amante de las palabras, devoradora de libros y lectora sin complejos, sin embargo tengo un problema con la poesía. Lo tengo desde siempre, y he tratado de subsanarlo dejándome aconsejar o leyendo algunas cosas que caían en mis manos. Por cómo soy, por mis gustos, me recomendaron efusivamente "Las flores del mal" de Charles Baudelaire. Yo ya tenía una vieja edición bastante flojilla de esta obra (comprada como saldo en una tienda de regalos) y desde luego no hay punto de comparación: la editorial Alianza ha realizado una edición bella, completísima, elegante, manejable, y con unas notas a pie de página que han conseguido que las poesías que leía me resultaran más interesantes aún.
En portada, Circe, una ilustración de Charles Hermans y también uno de los personajes de la poesía de Baudelarie. Musas, mitología, fantasmas, animales, erotismo, dolor y amor se dan cita, entre otros muchos temas, en una selección completísima de ambiente gótico que nos remite a los anhelos e infiernos personales del propio autor sin obviar, además, la crítica personal hacia ciertos temas.
Se entiende, además, por qué Baudelaire fue conocido como el poeta maldito. No tenía miedo a los excesos, ni siquiera en su poesía, pues su pluma tiene la capacidad de herir a mogijatos o sentimentales en extremo. Se percibe su ira en ocasiones, y la transmite con mucha pasión. Puede, incluso, que esto sea lo que más me haya gustado de su obra, pues da la impresión de que se desnuda ante el mundo pasando literalmente de lo que opinen los demás.
Trato de ser objetiva puesto que si me dejo llevar por mis gustos no podré ser del todo justa, y he de reconocer que es una edición admirable, un trabajo muy bien elaborado y un compendio de poesía que, en el fondo, sí ha conseguido en ocasiones mi interés. Que esto ocurra es un milagro, reconozcámoslo. Baudelarie me ha transmitido sensaciones fuertes y oscuras que me han impresionado, y aunque en general no disfrute de la poesía debo admitir que cualquier apasionado del género encontrará aquí una recopilación que le satisfará, por ello lo recomiendo para sus bibliotecas tanto a los amantes de la poesía como a los que estén pensando regalar un libro a otros que gusten del género.
Joseph B. Magregor
En "Las flores del mal", Baudelaire va desgranando en cada uno de sus poemas todos rasgos que conforman su personalidad atormentada: su carácter iconoclasta, su instinto provocador y su gusto por lo prohibido, lo pecaminoso o por lo satánico. Pero esta actitud heterodoxa no es gratuita ni obedece al mero placer de epatar, sino que producto de causas muy profundas. La razón de esta rebeldía hay que buscarla principalmente en su educación: su madre casó en segundas nupcias con un rígido militar y tanto su estilo de vida como su poesía fueron siempre una modo de enfrentarse a las severas normas de su padrastro y en general contra un tipo de sociedad católica, conservadora, de instintos reprimidos. Por ejemplo, Baudelaire se acerca al Diablo y lo adora, porque se identifica con la soledad de Satán, con el ángel caído al que todos han olvidado. A Dios le rezan todos pero ¿Quién reza a Belcebú?. Sólo Baudelaire.
No olvidemos que fue él quien tradujo los relatos de Poe al francés. Ambos fueron dos personalidades atormentadas de vidas turbulentas y con afición por el lado oscuro de la existencia humana.
Leer a Baudelaire gustará incluso a los que no son demasiado aficionados a la poesía. Aunque a veces algunos poemas me resultaron difíciles de entender debido a sus alusiones mitológicas o de tipo cultural, lo cierto es que su poética se me aparece siempre llena de sinceridad, me toca en lo más profundo y resulta con frecuencia una experiencia absolutamente conmovedora e impactante. Sus poemas son de una belleza insólita y diferente. En el caso de Baudelaire, quizá sea mejor sentirlo que entenderlo.
Joseph B. Magregor
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Comentario de los lectores:
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