Las dos amigas (un recitativo)
Título: Las dos amigas (un recitativo)
Título Original: (Recitatif, 1983)
Autor: Toni Morrison
Editorial:
Lumen
Colección: Lumen Narrativa
Copyright:
© 1983, Toni Morrison
© 2022, Zadie Smith (por el epílogo)
© 2023, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.
© 2023, Carlos Mayor Ortega (por la traducción)
Edición: 1ª Edición: Junio 2023
ISBN: 9788426424617
Tapa: Blanda
Etiquetas: amistad conflicto racial contemporánea derechos humanos ética moral narrativa literatura estadounidense novela corta casas de acogida razas prejuicios amigas manifestaciones identidad
Nº de páginas: 96
Argumento:
Twyla y Roberta, dos niñas pobres de ocho años, son internadas en el centro de acogida de Saint Bonaventure. A diferencia del resto de niñas, que son huérfanas y están tuteladas por el Estado, ellas apenas pasan cuatro meses en el centro porque sus madres no pueden hacerse cargo de su crianza. Ambas se rechazan mutuamente desde el principio, sobre todo por cuestiones raciales, pero poco a poco descubren que tienen en común mucho más de lo que podían imaginar. Con el paso de los años, las dos protagonistas se volverán a encontrar en distintos lugares (un restaurante, un supermercado, una manifestación), pero renacerá en ellas ese primer rechazo debido a los conflictos sociales que encarnan desde polos opuestos.
"Las dos amigas (un recitativo)", el único relato que escribió Toni Morrison, es un excelente experimento narrativo en torno a las identidades raciales y la implicación ética y empática del lector.
Opinión:
La primera impresión de Twyla cuando llega al centro de acogida de Saint Bonaventure no es de ilusión, ni siquiera de tristeza o de soledad, sino de asco. La propia narradora afirma que 'se le revolvió el estómago' al verse obligada a compartir habitación con una niña de raza distinta. Su compañera de cuarto, Roberta, tampoco lleva bien ese primer encuentro, pero pronto surgirá entre las dos una complicidad que se impondrá por encima de sus diferencias. Tanto es así que el resto de niñas del centro las llamarán "la sal y la pimienta" y las marginarán por no ser huérfanas como las demás. Ahora bien: las diferencias entre ambas salen a relucir cuando sus respectivas madres acuden al centro de acogida para acompañarlas un domingo. Al descubrir que su hija comparte habitación con una niña de raza distinta, la madre de Roberta rehúye cualquier formalidad y prefiere evitar el contacto con Twyla y con su madre. Esta pequeña escena quedará fosilizada en la memoria infantil de las dos niñas, junto a la figura de Maggie, una cocinera muda que fue maltratada por otras niñas del centro.
Después de los cuatro meses que pasaron internadas en Saint Bonny's, Twyla y Roberta perdieron el contacto hasta que, años después, ambas se reencontraron por casualidad en la cafetería de carretera donde trabajaba la primera. Este reencuentro se verá frustrado por la indiferencia de Roberta, que iba acompañada de dos muchachos. Doce años más tarde, las dos protagonistas volverían a reencontrarse en un supermercado de Newburgh, donde descubrirían que sus recuerdos de la infancia no coincidían al completo, sobre todo el episodio relacionado con la caída (¿accidental o provocada?) de Maggie y con sus características raciales. En un encuentro posterior, las dos mujeres encabezarían posturas opuestas en una manifestación a propósito de la integración racial que se quería aplicar en algunas escuelas de la zona. La narración de "Las dos amigas (un recitativo)", en apenas cuarenta páginas, sigue los encuentros y desencuentros entre estas dos mujeres antagónicas que de pequeñas aprendieron a quererse a pesar de sus diferencias.
Tal y como nos recuerda Zadie Smith en el magnífico epílogo que acompaña a la obra, Toni Morrison dejó anotado que su intención con este relato no era otra que la de experimentar mediante la supresión de todos los códigos raciales de una narración protagonizada por dos personajes de distinta raza para quienes la identidad racial resulta crucial. Como resultado, los lectores nos vemos obligados a deducir y a sobreinterpretar cada pequeño detalle del texto para descubrir cuál de las dos niñas es negra y cuál es blanca, tratando así de encontrarle explicación a sus posturas y a su mutuo rechazo. Los gustos en su alimentación, sus características familiares, la descripción de su cabello o los referentes musicales son algunas de las pistas que nos ofrece la autora, pero muchas de ellas nos conducen hacia soluciones contradictorias o hacia meras ambigüedades. En consecuencia, a lo largo de las muchas lecturas que podamos hacer de "Las dos amigas (un recitativo)", los lectores nos vemos enfrentados con los prejuicios de las dos protagonistas, pero también con nuestros propios prejuicios, tratando de posicionarnos entre una postura y otra e intentando encontrarle sentido a una tensión dialéctica que no puede justificarse.
Pese a ser su único relato, Toni Morrison concentró en este texto todas las claves ideológicas y estéticas que singularizan el resto de su obra narrativa, empezando por la profundidad ética y moral de sus historias y por su compromiso con el conflicto racial. No cabe otra opción, pues, que leer esta pequeña obra como un juego, como un experimento en el que la autora pone a prueba nuestra empatía y nuestra capacidad ética a partir de la interpretación de lo escrito. El resulto del experimento, por cierto, es excelente: el lector presta atención a todo detalle a lo largo de las cuarenta páginas que ocupa el relato, e incluso así es incapaz de encontrar una explicación sensata para el rompecabezas racial e identitario que se plantea. Eso hace de ella una lectura breve, fresca, original y atrevida que debería trabajarse en todas las escuelas.
Darío Luque
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Comentario de los lectores:
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