Las chicas son de ciencias

Opinión:

Vaya por delante una confesión: antes de coger este libro, podía contar con los dedos de las manos el número de nombres de mujeres científicas que conocía, algunos de los cuales, además, he conocido en los últimos años por cuestiones más laborales que educativas. Sin embargo, me faltarían dedos y extremidades para nombrar sus equivalentes masculinos. Y eso, que parece un dato anecdótico, es uno de los ladrillos sobre los que se acaban sustentando creencias absurdas y equivocadas como que las chicas son siempre de letras, y que las ciencias no son para nosotras. Así que uno de los motivos para elegir este título fue, sin duda alguna, un cierto remordimiento por saber tan poquito sobre la contribución de las mujeres a la ciencia. 

Mi primera sorpresa llegó con la selección de nombres hecha por los autores. Y lo que en principio me pareció un despropósito (¿25 desconocidas?), pronto se me reveló como la decisión más inteligente. Porque, está bien saber más sobre Marie Curie, o sobre Hipatia, pero ¿no es acaso mejor adentrarte en terrenos desconocidos y ampliar tu visión? Es, sin duda, una decisión arriesgada, pero en mi opinión, ha merecido la pena. 

La segunda sorpresa fue a causa del lenguaje elegido, del ritmo de la narración. Sinceramente, no sé qué esperaba. Posiblemente algo más académico y más formal. Sin embargo, lo que me encontré fue algo mucho más coloquial, más cercano y, posiblemente, más acertado para explicar conceptos complejos al público al que se dirige. Bien pensado, entrar a fondo en la fisión nuclear posiblemente llevaría a muchos a abandonar el libro; mientras que una explicación sencilla, casi de andar por casa, puede despertar la curiosidad y, sobre todo, nos permite seguir leyendo. Lo mismo con las consideraciones sobre el olvido al que estas mujeres habían sido condenadas para el gran público: en lugar de ofrecer un discurso feminista completamente articulado, se centran en lo que es importante, ellas, dejando claras las dificultades y pinchándonos por si queremos averiguar más.

Especialmente acertado me parece el formato de fichas seleccionado, con las ilustraciones de Núria Aparicio para ayudarnos a poner cara a las protagonistas. Y, en especial, la selección de cosas a copiar de cada una de las mujeres seleccionadas. Consejos muy importantes sobre todo para la edad para la que está concebido el libro, en pleno proceso formativo.

"Las chicas son de ciencias" es, en definitiva, un buen primer acercamiento al lado más femenino de la ciencia, a la historia de algunas olvidadas y un buen gancho que nos lleve a desterrar mitos e investigar más sobre estas supercientíficas.

María Martín