Las aventuras de Alfred & Agatha 2. El chelín de plata

Opinión:

La agencia de detectives Miller & Jones, integrada por los aún desconocidos Alfred Hitchcock, Agatha Christie y la única perrita con dos rabos Morritos Jones, vuelve a la carga. En esta ocasión contarán con un invitado de excepción: Sir Arthur Conan Doyle que ayudará a los chiquillos en sus investigaciones.
 
"El chelín de plata" es la segunda entrega de la serie "Las aventuras de Alfred y Agatha", y mantiene el listón igual de alto que su predecesora "Los diez pájaros de Elster". En esta ocasión la extraña desaparición de Morritos Jones será el eje central de una trama llena de misterios, aventuras, de tipos siniestros que miran tras la ventana y que Ana Campoy  ha aprovechado para hablar de valores como la amistad y la valentía.
 
La autora utiliza una narración muy sencilla y fluida con abundancia de diálogos y, una vez más, consigue atrapar a niños y grandes con un inteligente planteamiento del misterio. A los niños les resultará curiosa y divertida la forma en que tienen que descifrar las pistas que se les presentan, los adultos que somos aficionados a Poe y a las novelas de Sherlock Holmes, sonreímos ante la ingenuidad de una técnica que nos ocasionó quebraderos de cabeza en nuestra infancia. El enigma tiene un grado de dificultad medio-alto para el joven lector, no se les ponen las cosas fáciles en exceso pero consigue despertar su curiosidad gracias a pequeñas pistas encubiertas en cada página. Una forma muy hábil e inteligente de atrapar al lector sin que éste se dé cuenta.

Una vez más la historia está plagada de guiños que harán las delicias de un ocasional público adulto que se acerque a estas novelas. Detalles sobre la vida de Conan Doyle, alusiones directas e indirectas a novelas de Sherlock Holmes, homenajes a películas conocidísimas de Alfred Hitchcock, se esconden en el desarrollo introduciendo a los más pequeños en novelas clásicas que, con seguridad, acabarán leyendo en poco tiempo.  Ana Campoy no sólo se limita a introducir datos ficticios, también se encarga de dar pinceladas sobre el Londres de la época, sus curiosidades, entretenimientos y sus variados estratos sociales, haciendo una novela muy completa en la que las aventuras se suceden a una velocidad de vértigo.

La segunda entrega de "Las aventuras de Alfred y Agatha" es un torbellino de diversión e intriga que atrapa al lector con el buen saber hacer de la escritora, mezclando Historia e historia a la vez que entretiene, dejando en los más pequeños la idea de que la amistad está por encima de todas las cosas y que, por supuesto, nuestros amigos valen más que "El Chelín de Plata" que Alfred guarda como un tesoro. Seguiremos investigando con este trío.
 
Patricia Rubiera