Las 202 mejores recetas de El Comidista

Opinión:

¿Qué nos empuja a comprar un libro de cocina? Algunos lo hacen porque quieren renovar su repertorio culinario; otros porque necesitan iniciarlo, pues no han cogido una sartén en su vida y no saben ni lo que es rehogar. Otros lo hacen por el placer de descubrir recetas que quizás no vayan a realizar, o bien por pereza o bien porque nunca encuentran el momento. Pero lo que está claro es que, cuando uno compra un libro de cocina, lo hace porque quiere descubrir en su interior algo que haga que en su cerebro se le encienda la bombilla y diga… «esto lo podría hacer». Que lo hagamos o no, o que nos salga bien o no ya es otro tema. Pero si la receta está bien explicada, como dice El Comidista con su particular estilo irreverente y socarrón, si no sale bien es culpa nuestra, no del que la ha escrito, porque seguro que no la hemos seguido bien, hemos bebido más de la cuenta o utilizamos los ingredientes y los enseres erróneos… 

Como el mismo autor explica en la introducción, estamos ante un libro de recetas, pero que ofrece algo más. Como su título indica, al abrir las páginas nos encontraremos con recetas (202, para ser exactos… como en el libro de Simone Ortega podíamos encontrar 1080); se trata de una recopilación de los últimos dos años (el tiempo que ha pasado desde que se publicara "La cocina pop de El Comidista"), en la que encontramos platos de pasta, de verduras, de carnes, postres… Una pequeña selección de todo.

Pero como una simple receta es algo aburrida, el autor nos la presenta con una pequeña introducción en la que explica de dónde ha salido esa receta, si ha hecho alguna variación… A su vez, informa de la dificultad que conlleva cada plato, siempre con su particular tono humorístico: hay platos que incluso un protozoo podría hacer, o las mentes sin germinar. Debo reconocer que, a nivel personal, la que más me ha llamado la atención es la receta del Garum, pues conocía la existencia de ese plato de la Roma clásica y siempre me había parecido una barbaridad culinaria. Por suerte, Iturriaga ofrece una variante más actual y menos extraña para las mentes de hoy en día (uno se pregunta cómo los romanos consiguieron conquistar tanto territorio ingiriendo algo así… pero eran otros tiempos y otros estómagos).

Como siempre, todo el libro destila ese tono irreverente, gamberro y ácido del autor, que sabe encontrar el equilibrio entre la explicación paso a paso de una receta y los comentarios mordaces sobre la incapacidad de algunos de comprender cómo se hace una hamburguesa o cómo cocer un huevo. Sus guías, siempre útiles, nos permiten descubrir los alimentos de temporada, los elementos imprescindibles para tener una despensa multicultural o cómo hacer un caldo (un proceso no muy difícil que acabará perdiéndose si sigue proliferando el consumo indiscriminado de caldo de bote).

Es precisamente gracias a esas guías finales, a las introducciones histórico-personales de las recetas y al humor que destila su escritura, que "Las 202 mejores recetas de El Comidista" no es el típico libro de cocina, pues uno no se aburre al leerlo y siempre puede encontrar platos curiosos, diferentes y, de paso, reírse un rato. Porque la cocina no tiene por qué ser siempre seria…

Inés Macpherson