Lady Susan

Opinión:

Ysabel M.

Cuando es un autor clásico de quien se ha de hacer una reseña, no basta solo con decir si su libro es bueno o malo, ya que la calidad no se pone en duda. Es el caso de Jane Austen, todo un referente en la literatura no solo británica, sino universal. La calidad literaria de sus libros nadie puede ponerla en duda.

La editorial Montesinos acaba de reeditar una de sus novelas cortas: "Lady Susan". No es tan conocida a nivel popular como  "Orgullo y prejuicio", "Sentido y sensibilidad"  o  "Emma", pero tiene toda la esencia de las novelas de la autora.

"Lady Susan" es una novela corta y epistolar. Escrita a finales del siglo XVIII pero que no se publicó hasta 1871; publicación que corrió a cargo del sobrino de la autora, James Edward Austen-Leigh. La versión española se ha basado en el manuscrito que dejó Jane Austen en 1805. A su vez, la edición que presenta la editorial Montesinos es una reedición de la que publicó Icaría en 1984, que contó con el prólogo de Marta Pesarrodona.

Reconozco que soy una lectora empedernida de Jane Austen. Ya había leído "Lady Susan", pero no me ha importado nada volver a hacerlo. La edición que presenta Montesinos incluye una serie de ilustraciones en blanco y negro. El prólogo que ha escrito Marta Pessarrodona es muy interesante, no se limita a dar unos cuantos datos sobre la vida de la autora, también la relaciona con su coyuntura. Como bien dice ella, fue contemporánea de Mary Wollstonecraft, madre de Mary Shelley y autora del primer manifiesto feminista.

En las novelas de Jane Austen hay algo de feminismo. De nuevo, el personaje femenino es una mujer que quiere romper barreras; romper con la sociedad tan encorsetada que hay en ese momento. Esto traerá consigo las críticas de sus vecinos, críticas que vemos reflejadas en las cartas que se intercambian entre ellos. Los personajes femeninos nunca defraudan. Las protagonistas, en este caso Lady Susan, son inteligentes y con una personalidad marcada. No son meras comparsas ni quieren serlo. Todas ellas tienen un toque de rebeldía. Lady Susan no se queda atrás.

El estilo epistolar aporta un toque más personal. Aunque sea a través de los personajes, estas cartas surgen de la propia Jane, es como si ella estuviese exponiendo sus ideas y opiniones. Cartas que aprovecha para volver a reivindicar derechos y criticar lo que le parece negativo.

"Lady Susan" es una lectura que mantiene su frescor, muy recomendada.

Ysabel M.

María Dolores García Pastor

Leer a Jane Austen es siempre un placer. Su novela "Lady Susan", tal vez una de sus obras menos conocidas, es una pequeña joya de sus años de aprendizaje que no vio la luz en vida de la escritora. Pero no se trata de una novela de juventud al uso sino más bien de un excelente aperitivo de lo que vendría después. En el año 1870 se editó por primera vez con un prólogo de James Edward Austen-Leigh, sobrino de la autora, que también le puso nombre ya que la obra quedó pendiente de titular.

Se trata de una novela breve de estilo epistolar que al final sorprende al lector con la introducción de un narrador en tercera persona. La trama y los personajes recuerdan en más de un momento a aquellos otros de Las amistades peligrosas, la gran novela de Choderlos de Laclos. Sin ir más lejos, Lady Susan podría ser una excelente discípula de la Marquesa de Merteuil. Sorprende la pericia de una Jane Austen que en el momento de escribirla tenía, según sus biógrafos, apenas veinte años. Según cuenta el posfacio la autora fue una "ferviente escritora de cartas" desde muy joven de ahí, tal vez, su preferencia por la novela epistolar.

En "Lady Susan" aparecen los temas y elementos recurrentes en la obra de esta novelista: los matrimonios de conveniencia, las diferencias sociales, las honras femeninas, las maledicencias… Austen sitúa sus historias en pequeñas poblaciones rurales o en círculos familiares cerrados, aislados del mundo. En estos pequeños universos sus tramas encuentran el caldo de cultivo necesario para llevar los conflictos que plantea a su máxima expresión. Sus personajes femeninos son profundos y es capaz de hacer excelentes retratos de ellos mientras que los masculinos son más superficiales.

Las historias que nos narra Jane Austen son simples y a lo largo de sus novelas apenas ocurre nada, sin embargo, sus libros consiguen atrapar al lector y hacer que quiera saber a toda costa lo que pasará al final. Su estilo es directo, su prosa es limpia y, en este caso concreto, el estilo epistolar le da más dinamismo a lo que cuenta. Eso y que es una novela bastante corta hacen que al acabar de leerla una se quede con ganas de más.

María Dolores García Pastor