La Tribuna

Opinión:

Lo primero que llama la atención de esta edición de "La Tribuna" es la edición misma. Con las esquinas redondeadas, unas cuantas páginas en verde en la parte de delante contextualizando la novela y contándolo todo sobre Emilia Pardo Bazán de una forma amena y esquemática (cuando lo habitual es que sea un ladrillo que te aburre antes de empezar con la historia en sí), al empezar a leer te encuentras con las notas al margen (un detalle que, a mi parecer, las hace mucho más legibles que ponerlas al pie), los números de página bien disimulados (imagino que para que los chavales no vayan contando cuánto les queda y se centren en la obra) y unas páginas muy cuidadas. Finaliza con el típico "cuaderno" de actividades, aunque al acabar cada capítulo hay una pequeña actividad también. Francamente, creo que esta clase de edición es más motivadora, invita más a leer, y no podía sino mencionarlo. Aun así, no me atrevería a calificar este libro de juvenil: no lo es para nada. Los chavales pueden leerlo, incluso disfrutarlo, pero es un libro 100% adulto.

En cuanto a la historia en sí, me parece muy adelantada a su tiempo, y entiendo que fuera revolucionaria, no solo por la estética naturalista con la que la escribe, sino porque una mujer escribía sobre la lucha de clases (cosa de la que no hablaban ni siquiera los escritores masculinos en España) desde un punto de vista femenino (tratando otros temas feministas como el maltrato, la desigualdad social...). Me extraña, y me parece tristísimo, que nunca hubiera oído mencionar este libro, ni en las aulas ni en ningún otro lugar, hasta que lo vi en el boletín de novedades.

La protagonista es excepcional, aunque un poco crédula e inocente en los asuntos amorosos: tiene carácter y suficiente audacia para luchar por sus convicciones y arrastrar a las demás a la lucha. Los demás personajes también están muy bien desarrollados, sean de la clase que sean, y resultan por completo creíbles, ya que la autora se documentó muy bien para plasmar esa sociedad llena de contrastes y las dinámicas de cada grupo social.

La única pega que le he visto, y es algo personal, es que, aunque asumía que iba a pasar al pertenecer la obra al naturalismo, la profusión de descripciones, desarrolladas hasta el más mínimo detalle, hacía que algunos puntos de la novela se me hicieran bastante pesados. Y es que algunas cosas de las que se narraban me parecían interesantes, pero muchas otras me parecieron irrelevantes y no lograron captar mi atención.

En cualquier caso, los pros superan con mucho a los contras y creo que es una obra que merece la pena leer, no solo por su interés histórico y por lo revolucionaria que resultó en más de un sentido, sino también porque es una narración interesante.

Déborah F. Muñoz