la suma de los dias
Título: la suma de los dias
Título Original: (la suma de los días)
Autor: Isabel Allende
Editorial:
Areté
Copyright: © 2007, Isabel Allende
© 2007, Random House Mondadori, S.A.
ISBN: 978-84-01-34191-5
Etiquetas:
Argumento:
"La suma de los días” no lava los trapos sucios en casa, los airea, y les hace libres".
Después de que la revista Qué Leer escribiera casi por completo prácticamente todo lo que ocurre en “La suma de los días” con detalles precisos, ya no me da tanto miedo hablar de él. Es obvio que la intimidad de las personas célebres interesa a mucha gente, entre las que me incluyo, al menos si son de la talla de Isabel Allende. La autora comenzó sus libros utilizando parte de los perfiles de su familia para su primera novela (“La casa de los espíritus”) aunque lo hizo con toques mágicos que le dieron al libro una señal de identidad, sin embargo ha tocado otros temas, como los libros juveniles (destinados a sus nietos) o la autobiografía –anterior a ésta-, cuando escribió “Paula”, un libro que yo no me atreví a leer pensando que, por mi sensibilidad, podría hacerme daño.
“La suma de los días” es lo que ocurre en su familia justo a continuación de la muerte de Paula, pero esta vez es una larga carta destinada a la misma, donde Isabel suele rememorar a su hija, y constantemente le pone al día de las cosas que pasan en la familia. Quince años de su vida y la de los que le rodean. Isabel Allende estaba en dique seco y Carmen Balcells le dijo que escribiera una carta de 200 o 300 folios y se la enviara. Y antes de entregar el manuscrito para ser publicado, la autora entregó una copia a todos aquellos que aparecían en su libro. Sólo dos de ellos, si no me equivoco, prefirieron no aparecer, pero la vida de los demás desde la muerte de Paula hasta el 2007, están en estas páginas con lo bueno y lo malo, lo mejor y lo peor, incluyéndose a ella misma sin temor –o con él- a desnudar por completo su alma y la de los demás.
Opinión:
Dice Isabel que no es tan fácil escribir un libro, que hay que mirar muchas veces lo escrito, y que si no fuera por las cartas que escribía a su madre y ésta le contestaba, e incluso si no hubiera interrogado a su familia y amigos, habría sido imposible una historia como ésta: redonda, diría yo. No es una biografía, es una multibiografía, la de un “tribu”, como a Isabel le gusta llamar a su familia.
“La suma de los días” no lava los trapos sucios en casa, los airea, y en cierta forma les hace libres a todos. Así es como lo ve, por ello a lo largo de estos años la autora y su tribu compartirán con nosotros sus penas y alegrías, su despertares, sus tropiezos, sus errores, sus éxitos, sus pérdidas, sus enfermedades, sus histerias, sus traumas, sus fiestas… y con cada página descubriremos que la autora chilena tiene razón: su vida es un culebrón.
Isabel, casada en segundas nupcias con Will Gordon -abogado reconvertido en escritor no hace mucho- (Willie para Isabel) adopta a la familia de él y él la de ella, pero esta familia es muy grande porque abarca desde el hijastro de Will hasta cualquier amiga de Isabel, o la esposa de su ex-yerno (el viudo de Paula)… y si por ella fuera, hubiera habido más nietos en la casa (leed el libro, es asombrosa la obsesión de Isabel por tratar de dirigirlo todo siempre pensando en la felicidad de los demás, aunque a veces acepte que se equivoca, y otras acierte de pleno).
Sale muchísima gente en “La suma de los días” y sin embargo es innecesario un glosario para saber de quién nos habla. Si menciona a Jennifer inmediatamente surge la sombra de las drogas y la situamos en nuestra memoria: habla de la hija de Will. Si nos habla de Celia es inevitable ver ese proceso del cambio en el que el Opus Dei cae en picado hasta una dolorosa salida de armario, y con ella viviremos el dolor de Nico –el hijo de Isabel y marido de Celia- así como el de Sally –la otra parte de la pareja-, la novia de Jason (hijastro de Will)… ¿no dije –y la autora lo dice también- que parece un culebrón?
Cada uno es de su padre y de su madre, cada uno viene de un mundo y tiene sus creencias y sus costumbres, pero en aquella casa matriarcal el amor, el compañerismo y las confidencias pueden hacer estragos. Y los hace. A lo largo de las páginas viviremos el matrimonio de Nico y Celia, veremos crecer a sus tres hijos, conoceremos su ruptura y con mucha intensidad nos sumergeremos en sus almas doloridas, porque gracias a ellos, a Isabel y a Carmen Balcells, nos han puesto entre las manos la privacidad que les libera. Es mejor que lo sepan, así se libran de los cuchicheos a sus espaldas. Además, lo realmente importante es cómo crecen los niños y cómo evolucionan los adultos, y en palabras de Isabel, no lo han hecho mal.
En este libro la sombra de su tribu es alargada: su amiga Tabra es un ave fénix que se levanta cada vez que cae, su amiga Pía estará siempre informada cuando sea necesario rezar por alguien, las budistas Fu y Grace –las madres adoptivas de Sabrina, hija de Jennifer- se involucrarán en el clan a la perfección, el contable de Will, Tong, siempre estará presente pero aún más cuando busque una esposa sumisa (y por supuesto Isabel estará en medio del fregado, como no podía ser de otra forma, aunque en este caso Willie le gane por puntos), Ernesto –viudo de Paula- encontrará en Giulia –y yo me creo que es gracias a esos rezos de Pía, Isabel y sus amigas, las Hermanas del Perpetuo Desorden- a la mujer idónea, alguien que siempre respetará el amor inevitable e inolvidable por Paula, y la aparición de Juliette en su vida hará crecer, con sus hijos propios, el grandísimo clan de Isabel Allende. Y no son los únicos que viven en esta larga sombra, pero para saber más, y conocer cómo ocurre todo, hay que leerse el libro.
Si a alguien quiero destacar personalmente es a Lori, la actual mujer de Nico. Te doy las gracias, Isabel, por permitirme conocer a Lori, y a ella misma por permitirte aparecer en el libro. Lori ha resultado, para mí, una persona excepcional, y sólo por su capacidad para llevar a cabo su vida, adaptarse a cambios tan grandes, y conseguir salir de su pena sin destrozar a nadie, absolutamente libre de egoísmo, me ha parecido insólita, divina y una mujer envidiable. Un abrazo enorme para Lori desde esta humilde página.
A través de sus memorias Isabel nos va situando en el momento en que se producen esos hechos porque a ella le preocupa lo que está ocurriendo en el mundo, y hay datos de los que nadie puede escapar ¿quién puede olvidarse de las Torres Gemelas cuando desaparecieron? Por si esto fuera poco, incluye en el momento adecuado la salida de sus libros en España, cuando sus películas se estrenan en el cine, etc…
De entre todas las escenas del libro hay una que me ha fascinado por encima de las demás: la abuela Hilda tejiendo sin mirar los palillos mientras ve una película porno con Paula… uno de los hechos pasados que Isabel le recuerda a Paula en esta larga carta. Una imagen maravillosa de dos personas muy especiales (la abuela Hilda era un amor de mujer).
Lo cierto es que un elevado tanto por cien de sus páginas, a pesar de los dramas contínuos de sus vidas, contienen muchísimo humor. Aun hablando de sus obsesiones, su horror por ser tan bajita, sus penas y desgracias, es inevitable reirse con ella. Tiene un humor que –al menos yo- comprendo inmediatamente y casi siempre comparto. La risa o la sonrisa me ha salido siempre de forma involuntaria. Sin embargo, a pesar de ello, la sombra del miedo a la porfiria, enfermedad que se llevó a Paula y que es hereditaria, siempre planea alrededor de sus vidas, y me pregunto yo si no tendrá esto que ver con la necesidad de vivir como vive Isabel: de forma matriarcal, controlándolo todo, ayudando incluso cuando no se lo piden (aun pasándose de entrometida), haciendo milagros para reunir a su alrededor quienes ya han rehecho sus vidas…
Pero entre todas las cosas que consiguió la muerte de Paula y el inicio de este libro, fue la concienciación de Isabel Allende hacia el mundo ajeno que le rodeaba, no sólo el de su tribu más cercana, si no el otro, el que le preocupaba a Paula. En este ciclo de su vida Isabel abrió una Fundación, y sin ir más lejos el libro publicado por RHM, sello Areté, lleva impresas unas líneas en su inicio donde se declara “libro amigo de los bosques” por la propia Greenpeace.
Me gustaría finalizar este comentario diciendo que esos espíritus, de los que a veces duda, cuidan de nosotros. Sólo hace falta amor para sumarlos a los días de nuestras vidas.
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