la soledad de los ventrilocuos
Título: la soledad de los ventrilocuos
Título Original: (la soledad de los ventrílocuos, 2008)
Autor: Matías Candeira
Editorial:
Tropo Editores
Copyright: Primera edición: diciembre de 2008
ISBN: 9788496911109
Etiquetas:
autores
escritores
españoles
hispanos
literatura española
literatura hispana
Argumento:
La soledad de los ventrílocuos
reúne una colección de relatos cortos del joven escritor Matías Candeira (Madrid,
1984), estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid.
Sus cuentos han aparecido recogidos en diversas publicaciones: Parábola de los talentos (Gens ediciones)
Noche de relatos (NH
ediciones) o Antología de novísima narrativa
breve hispanoamericana (Unión Latina & Random House
Mondadori). Ha obtenido diversos premios literarios, entre ellos el Certamen de
Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid y el II Certamen de Relato Vallecas
Cuenta con su relato "El extraño".
También ha sido finalista en el X Premio Mario Vargas Llosa NH de Relato y primer
accésit en el Premio Arte Joven Latina.
La soledad de los ventrílocuos
es su primer libro de cuentos en solitario, con el que obtuvo además el Premio Provincia
de Guadalajara de Narrativa 2007.
El libro se divide en tres bloques de relatos. El primero de ellos incluye: Cuando
se muere la nevera, Flores, señor…, La soledad de los ventrílocuos, Jugar
y Al final de Sara; en el segundo podemos encontrar Fuegos en la oscuridad,
Un trozo de otra mujer, Los que esperan, Insectos y La segunda vida;
el tercero finaliza con Todas las posibilidades, Subsuelo, En algún lugar de la
calle V (Instantánea) y El hombre en el barreño.*
* Los relatos “El hombre del barreño” y “Cuando muere una nevera”
fueron publicados en “Parábola de talentos.
Antología de relatos para empezar un siglo” por Gens ediciones
(Madrid, 2007).
Comprar La soledad de los ventrílocuos
Opinión:
Cada vez me aburre más la literatura española (o extranjera) contemporánea que intenta
reflejar los problemas o inquietudes de un sector de la sociedad y que se plantean
como un modo de alzar la voz o de hacernos reflexionar sobre el estado de las cosas;
que se amparan en lo cotidiano, en lo fácilmente reconocible o identificable por
el lector para ganarse su complicidad o su interés. Contadas en primera
persona son narraciones que buscan ser introspectivas o psicológicas pero sólo reflejan
el ego del autor, trasmitiendo con frecuencia la incómoda sensación de que “no pasa
nada”. Intentan funcionar como narraciones-espejo de la realidad pero al final resultan
partidistas, bastante alejadas de la realidad a la cual intentan invocar y más cercanas
a las obsesiones del autor, protagonista real de la novela o el cuento.
Por eso, me gusta leer a autores como
Matías Candeira que prefieren descubrir
y/o explorar universos nuevos que transitar por terrenos por los que muchos han
caminado ya con demasiada frecuencia. Sucede, es cierto, que aquellos que optan
por saltarse las reglas radicalmente suelen invocar los espíritus de
Beckett,
Kafka,
Ionesco o
Boris Vian como fuente de
inspiración, lo cual no está mal siempre que no terminen confundiendo locura con
incoherencia o con falta de verosimilitud; no es el caso del libro que nos ocupa
afortunadamente en el cual estas posibles influencias no actúan en contra del imaginario
de las historias sino que sirven tan sólo como punto de referencia o como cita.
Prefiero cuentos – como los incluidos en
La soledad de los ventrílocuos
- que rompen las barreras que impone el realismo, jugando a hacer equilibrios en
la
frágil línea que separa la locura de la verosimilitud y que no se
parecen a nada que uno haya leído antes.
Las historias de Matías describen las pequeñas tragedias de unos seres esperpénticos
las cuales funcionan como marionetas a las que una suerte de ventrílocuo-loco (Matías
Candeira) pone voz y movimiento. Así asistimos, por ejemplo,
al insólito ritual de una familia que carga con una nevera muerta para llevarla
al lugar en el cual pueda descansar en paz (Cuando se muere la nevera),
o al último truco que un mago de doscientos kilos de peso brinda a sus sobrinos
el día de su muerte (Fuegos en la oscuridad); participamos
de la situación de emergencia protagonizada por dos surrealistas militares, incapaces
de detener el bombardeo de flores que invade la ciudad (Flores, señor…);
intentamos decodificar la conversación que mantienen un padre y un hijo, que parecen
movidos por hilos, y que se interrogan sobre la misteriosa desaparición de un tal
Mastropiero (La soledad de los ventrílocuos); o nos complacemos
e inquietamos finalmente con la drástica decisión de un hombre que decide vivir
en un barreño por el amor de una mujer (El hombre en el barreño).
Y es que en el fondo muchas de estas narraciones no son más que tragicomedias esperpénticas
sobre amor, incomunicación y soledad. Así sucede, por ejemplo, en Un trozo
de otra mujer en la que se nos describe la relación sentimental
casi perfecta que se establece entre un hombre y una mano cortada que tiene vida
propia o en Al final de Sara en la que asistimos a la
acuciante crisis que padece una pareja por culpa del “ombligo-cantante”
de ella (Sara) y cuya presencia cada vez más angustiosa en la vida común del matrimonio,
consigue asfixiar la relación hasta límites insospechados.
Otros elementos que están muy presentes son los insectos, acaparando gran protagonismo
en la historia (Insectos), o integrados como un elemento
más (en forma de lluvia de mosquitos que golpea los cristales, por ejemplo); los
objetos (una nevera que muere, una mano cortada, cabezas reducidas, un huevo, un
barreño, cartas…); o los fenómenos atmosféricos, principalmente la lluvia que aparece
en varias ocasiones para reforzar la sensación de angustia que viven los
personajes.
“La
soledad de los ventrílocuos” funciona como una inquietante
y tragicómica mixtura en la que conviven ternura con surrealismo, inocencia con
crueldad, sensibilidad con delirio. Todos los cuentos comparten un universo común
e intransferible, nacido de la fantástica imaginación de
Matías Candeira, que se nos muestra
como Creador Primigenio de un Mundo Personal y que le pertenece sólo a él.
Joseph B Macgregor
Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com
Comentario de los lectores:
Si te gustó este libro, también te puede interesar...
- la soledad del azar Juan Cobos Wilkins Almuzara
- la vida ausente Ángel Zapata Páginas de Espuma
- la virgen de la noche Marta López Luaces Sial
- distorsiones David Roas Páginas de Espuma
- media docena de robos y un par de mentiras Mercedes Abad Alfaguara