La sal de todos los olvidos

Opinión:

Tengo que advertir desde un principio que la historia de Adem me ha parecido bastante deprimente y la verdad es que personalmente me ha costado seguirle en esos reiterados movimientos erráticos por lugares que ni él mismo reconoce y que muchas veces ni siquiera es que tengan nombre alguno, perdidos en la inmensidad de unos parajes extraños. Incluso ha habido momentos en que prefería desconectar un rato de la negatividad que se desprendía de su personalidad tóxica.

Desde la primera página, cuando su mundo se derrumba de manera estrepitosa, su vida se transforma en un descenso a los infiernos. Ni siquiera cuando hay algún momento que empieza a levantar cabeza, desaparece el desasosiego, pues siguen ahí las emociones más que negativas que se desprenden de ese personaje que se ha abandonado a la miseria más absoluta, tanto física como moral.

Vale que en otras novelas que he leído de Yasmina Khadra no me había sentido así; pero, claro, es que también eran otro tipo de historias, con unas tramas que, por enrevesadas que fuesen, seguían unas líneas definidas y en las que se perseguía un propósito.

En cambio, aquí no es así, puesto que, en esta historia de huida y de aislamiento, Adem se muestra con una exacerbada misantropía, rechazando siempre cualquier atisbo de comunicación con quienes se le acercan, con un actitud que es como si les hiciese culpables de su propia miseria, hasta el punto de que si no les trata como a los perros que tienen la desgracia de cruzarse en su camino es por puro egoísmo.

Porque eso es así también, ya que, por otra parte, son esos mismos personajes, muchas veces también maltratados por la vida, quienes le ayudan a mantenerse con vida; eso sí, nunca aceptará que verdaderamente le han ayudado, pues eso representaría reconocer sus propias flaquezas, su debilidad intrínseca ante un mundo que percibe hostil.

En definitiva, si por una parte no me atrevo a recomendar la lectura de "La sal de todos los olvidos" por su ambiente depresivo y descorazonador, por otra reconozco que la forma de contar de Yasmina Khadra consigue atrapar al lector en una narración inhóspita, pero llena de matices.

Selin