la puerta oculta
Título: la puerta oculta
Título Original: (the lost gate, 2010)
Autor: Orson Scott Card
Editorial:
Minotauro
Copyright: © Orson Scott Card, 2010
© Minotauro 2012
Traducción de J. E. Álamo
1ª Edición, Febrero 2012
ISBN: 9788445000014
Etiquetas:
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Argumento:
Danny North vive con la Familia, un clan de magos descendientes de los Dioses que, debido a luchas y enfrentamientos, han sido desterrados de Westil su lugar de origen como el resto de clanes. Para desgracia de Danny, y pese a ser el hijo de la pareja más poderosa, es un simple Drekka, un mago sin talento alguno del que se puede prescindir con facilidad. Un día descubre casualmente que tiene un don, puede transportarse de un lugar a otro sólo con desearlo, es un mago teleportador, el primero que nace en más de mil años. Si ser un Drekka era triste, ser un teleportador es una sentencia de muerte, ya que siglos atrás un mago cerró todas las puertas dejando a estos seres obligados a vivir entre humanos, razón por la que todos los teleportadores son asesinados sin dudarlo. Danny huirá de la Familia y se mezclará con los humanos para intentar abrir la Gran Puerta que devuelva a su raza al lugar al que pertenece pero para ello tendrá que evitar al Ladrón de Puertas, un poderosísimo mago que puede acabar con la energía vital del chico.
Opinión:
Hay escritores que parecen ligados a un título como si no hubieran escrito nada más: Cervantes es sinónimo de “El Quijote”, Michael Ende está unido para la eternidad con “La historia interminable”, Tolkien es “El señor de los anillos”, en muchos casos se convierte más en una maldición que en otra cosa. Es lo que le ocurre a Orson Scott Card que vive a la sombra de “El Juego de Ender”, la primera novela de la saga, desde hace casi treinta años. Es cierto que Card es capaz de lo mejor y de lo peor en un breve lapso de tiempo, pero cuando hace las cosas bien las hace extremadamente bien y, con total seguridad, esta primera entrega de “Los magos primigenios” hará del autor algo más que el escritor de “El Juego de Ender”.
Fabulosa novela de Urban Fantasy la que ha creado Scott Card con un universo fantástico estupendamente definido y unos personajes que rozan la perfección en su trazado, llena de fantasía, magia, universos paralelos, Dioses y Semi-Dioses, humanos, un conjunto rico y variopinto dotado de su propio sistema de funcionamiento que termina por convertirse en una de las mejores novelas del escritor si no en la mejor.
Nos encontramos con un protagonista ya casi clásico en su literatura, un adolescente atípico lleno de dudas y complejos pese a las habilidades que posee, con gran peso a sus espaldas que a duras penas puede soportar. Danny no deja de ser un paria entre los suyos ya sea por no tener habilidad mágica alguna o por tener la mayor de todas, lo que le lleva a la conclusión de que no encaja en su mundo y que, en realidad, sólo es un instrumento para los fines de la Familia. Pero el problema es que tampoco encaja en el mundo real, pronto nos damos cuenta que su condición, el ser casi un Dios, le hace creerse superior a la raza humana despreciándola casi tanto como a la suya propia, viendo que ambas se preocupan sólo de su propio beneficio ignorando las preocupaciones del resto. A fin de cuentas es un embaucador, vive de mentir a los demás para lograr sus propósitos y por ello su moral es confusa respecto a lo que está bien o mal, lo que le lleva a humanizarse en cierto sentido.
Esta humanización progresiva, la evolución que sufre el joven a lo largo de la trama, es la responsable de que tenga que tomar una de esas decisiones irrevocables que acaba de definirle como mago y, a la vez, como persona desquitándose de humillaciones pasadas e intentando enmendar errores futuros al mismo tiempo gracias a esas puertas invisibles que es capaz de concebir.
El autor crea un modelo interdimensional complejo y fascinante para el sistema de su universo con esas mágicas entradas. El continuo espacio-tiempo se convierte en la piedra angular de la historia como ya hiciera en su anterior novela “Pathfinder”, explicando al detalle su funcionamiento lo convierte en el origen de miles de leyendas y de las religiones conocidas, arrojando la luz necesaria para que entendamos el pasado remoto de los Magos Primigenios a los que muchas culturas llamaron Dios, y dándole la oportunidad de desarrollar la acción en dos planos divergentes. Ambos planos discurren paralelos en un momento del tiempo y del espacio, con información a cuenta gotas para no adelantar acontecimientos y, finalmente, convergen en el punto álgido de la historia. Es en este momento en el que el joven North se encuentra con su némesis en una confluencia de causalidad y casualidad como si de una jugarreta del destino se tratara, cosa que nos maravilla ya que tal y como el de Washington ha ideado la filosofía de ambas regiones, el destino no es más que un guiño del espacio-tiempo, una burla que nos hace para que recordemos que él y no otro es quien rige nuestros designios.
En este momento cumbre de Danny contra su némesis es en el que comprobamos el cambio del joven protagonista, la mella que las personas que ha conocido han hecho en él y si su aprendizaje es de un Dios, un humano, o ninguna de las dos cosas porque, al igual que Ender dudaba de su humanidad, nuestro personaje duda que pertenezca enteramente a algún lugar aunque al final se desprende la conclusión de que todas las criaturas llevan una parte de los dioses dentro pero no saben despertarla y, si lo logran, puede que la usen de la manera equivocada . Conclusión a la que llega tras un largo recorrido en el que el autor le ha puesto los personajes, a modo de obstáculos, necesarios para que se impregne de lo bueno y de lo malo si es que eso realmente existe; es por este motivo que todos y cada uno de los secundarios que llenan las páginas de la historia no son gratuitos, a su manera (retorcida en ocasiones) todos han influido en el Danny que ya no es el del inicio pero no sabemos a ciencia cierta si estamos ante el definitivo o ese gran burlón que es el espacio-tiempo le hará dar un giro. Nos quedamos con la miel en los labios para la continuación de la saga y con la sensación de haber disfrutado de una historia prácticamente perfecta.
Siempre que he tenido la oportunidad de leer a un autor en su lengua materna pongo especial atención en el trabajo de traducción. Orson Scott Card es proclive a frases larguísimas, a complejas y alocadas explicaciones en las que es fácil perderse, juegos de palabras que en muchas ocasiones son intraducibles, en este sentido el trabajo de Álamo ha sido impecable. Se agradece que se mantengan los nombres y apellidos originales, la exactitud a la hora de hacer llegar en nuestra lengua el complejo sistema mágico con el que funciona el universo de los clanes y Familias, la escasez de notas a pie de página y que, aún así, no se pierda nada en la traducción.
Puede que sea verdad que haya otros mundos pero estén en este, quizá esas aberturas están ahí y no podemos distinguirlas, pero el día que demos con “La puerta oculta” es mejor cruzarla que vivir pensando qué habría ocurrido. Card la cruzó y ya no es solamente el autor de “El Juego de Ender”.
Patricia Rubiera
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