La prueba del ángel. Crónicas angélicas 2

Opinión:

Selin

"La prueba del ángel", la segunda parte de "Crónicas angélicas" fue publicada finalmente, en su versión original en inglés, en noviembre de 2010. Tenía una cierta idea de lo que contendría, una historia de redención espiritual con un alma atormentada y unos ángeles que la conducirían hacia la luz, así que me sorprendió cuando empecé a recibir unas sensaciones poco acordes con los sentimientos cristianos, incluso me pareció, al prestar más atención, que algunos conceptos divergían de la religión cristiana.

Al revisar su biografía, observé que el 29 de julio de 2010 declaró su abandono de la fe cristiana; entonces comprendí que la novela habría sido escrita (el final está fechado por la autora el 29 de enero de 2010) en medio de un proceso de evolución personal y espiritual y por eso, aun manteniendo la historia dentro del ámbito religioso, ya había elementos que chocaban con esos puntos de vista, que es lo que había percibido en la lectura.

Aunque por su número de páginas entre dentro de lo que se considera novela, a mí me ha parecido más bien una novela corta que se ha maquetado con un tamaño de letra y un interlineado que llenan más espacio. Así que o ha faltado historia que contar, ya que en la primera entrega había bastantes más páginas, o era ya una especie de despedida de una etapa vital y escasea el impulso anterior, aunque lo cierto es que el final queda abierto.

Por lo que respecta a la historia en sí, es una continuación de la primera entrega y se mueve entre la vida actual del protagonista, un recordatorio de lo que pudo haber sido con un claro propósito de enmienda, y una nueva misión encargada por Malaquías, ahora en la Roma del siglo XVI. Los apuntes históricos iniciales sitúan la época y poco más hay de relevante sobre el particular, aparte de que la población judía está, como muchas otras veces y en muchos lugares, en peligro latente por el permanente conflicto con la Iglesia.

Además está el trasfondo religioso con los pensamientos del protagonista y sus conversaciones con Malaquías, Shmarya, su ángel de la guarda, y Ankanoc, un demonio. La sensación que mencioné al principio, de divergencia respecto de la religión cristiana, provienen del conjunto, con pequeños detalles que la van incrementando a medida que avanza la historia.

Para mí, "La prueba del ángel" es una obra menor dentro de la trayectoria literaria de Anne Rice, aunque también reconozco que es clave para comprender la transformación espiritual de la autora y ya por eso es recomendable para sus seguidores.

Selin

Pilar Alonso

Segunda novela de las Crónicas Angélicas en la que Anne Rice vuelve a hacer que Toby O´Dare, antiguo asesino a sueldo que busca su redención, viaje al pasado, en esta ocasión a la Roma de Miguel Ángel y Rafael, de la Santa Inquisición y del Papa León X, hijo de Lorenzo el Magnífico.

De nuevo narrado en primera persona, el protagonista comienza por su vida actual, en la que se produce un emotivo encuentro con su pasado, y que continúa con una nueva misión encargada por Malaquías. El objetivo es ayudar a un judío que va a ser injustamente acusado de brujería y de asesinato. Curiosamente, los judíos vuelven a ser los destinatarios de la ayuda de Toby, como ya sucediera en el primer libro: "La hora del ángel".

En esta entrega van a aparecer una serie de personajes nuevos con mucho potencial: Shmarya, su ángel de la guarda, y Ankanoc, un ser que trata de convencerle de la verdadera naturaleza de aquellos a los que llama ángeles. La discusión que mantienen ambos acerca de la existencia de Dios y de los ángeles es esencial para comprender el proceso de redención de Toby.

En medio de todo ese misticismo y de los alegatos a favor de la Fe, se desarrolla la historia que ha llevado a Toby hasta Roma. Dicha historia es sencilla y de rápida resolución, como si su presencia fuera meramente anecdótica, la excusa perfecta para plantear las cuestiones religiosas y morales que conmueven al protagonista.

Es una lástima que la autora no haya jugado un poco más con el contexto histórico en el que ubica la misión de Toby. Excepto un episodio que acontece en la Florencia de Savonarola (que se narra desde Roma), y alguna mención a los hombres claves del momento, la trama podría haberse desarrollado en cualquier ciudad europea sin que ninguno de sus ingredientes hubiese variado. Eso sí, en una ciudad en la que existieran judíos y en la que estuvieran controlados por las autoridades. En ese aspecto Anne Rice se ha documentado para brindarnos una imagen general sobre su vida cotidiana y sobre las persecuciones y amenazas de las que eran objeto.

Esa parte histórica menos trabajada se refleja especialmente en una planta de nombre ficticio que los personajes tienen en su jardín, un arbusto proveniente de Brasil, un país que por aquel entonces, 1518, ya se había descubierto pero aún no colonizado. Me resulta poco creíble que ya se conociesen las propiedades de la planta en cuestión, que ya se importase a Europa y que creciera en todo su esplendor en un jardín privado de Roma, sin contar con que el propio Toby alega conocerla por haberla visto en su hábitat natural.

En todo caso, queda claro que no es la parte histórica el punto fuerte de esta novela. Dios, la Fe, el amor y la redención son sus ejes principales, con algunas escenas de gran belleza plástica y con cuestiones trascendentales que se dirimen a base de diálogos ágiles y perspicaces.

Anne Rice vuelve a sumergirnos en lo sobrenatural para hablarnos de los ángeles, pero también de algunas presencias diabólicas en una historia cargada de misticismo en la que el amor se revela como la fuerza redentora por antonomasia.

Pilar Alonso Márquez