La prisionera de Vallenia

Opinión:

"La prisionera de Vallenia" continúa poco después de donde se quedó el cliffhanger de "La sanadora de Zalindov". En este caso, el ambiente cambia por completo: pasamos del ambiente de Zalindov, parecido al de un campo de concentración, a un ambiente palaciego repleto de lujos, pero que, por seguridad, no deja de ser otra jaula de oro.

La familia real no puede ser más campechana y hacen todo lo posible por integrar a Kiva en su familia y hacer que ella y Tipp se sientan cómodos y a gusto. Incluso el primo de Jaren, Caldon (un personaje repleto de sarcasmo que me ha encantado), se empeña en enseñarla a luchar para que pueda estar más segura. Además, puede visitar la gran escuela de sanadores que es su sueño, donde le ofrecen un puesto que siente no poder aceptar. Y no podemos olvidar los sentimientos que tiene ella por Jaren, que a todas luces son mutuos.

Todo esto la lleva a sentir un gran conflicto interno entre la lealtad a su familia y a la causa que defienden o lo que le dice su corazón. Unas dudas que no solo tiene ella, sino también uno de sus hermanos, que ahora son líderes de los rebeldes. Así que pronto se convertirá en una especie de agente doble, proporcionando información, pero no toda la información, a unos rebeldes a los que no se toma nadie muy en serio, más preocupados por una amenaza exterior.

Este desarrollo me ha parecido genial, así como todo lo que hay alrededor de los poderes reales y los reinos, aunque ha habido algunas cosas que me chirrían, como la propia causa rebelde (injustificable en un reino donde no hay conflicto social, todos tienen abundancia y la familia real se preocupa realmente por su gente) o que Kiva sigue siendo extremadamente inocente y confiada para haberse criado en un lugar tan oscuro.

Además, la autora se va dejando demasiadas pistas: sabes quién está desarrollando dobles juegos pero es de los buenos o de los malos en cuanto aparece en escena. Y se hace tanto énfasis en detalles aparentemente sin importancia que sabes que serán algo crucial. Esto hizo que me resultara bastante predecible lo que iba a pasar, y que cuando aparecía un giro sorprendente no sintiera sorpresa alguna.

A pesar de ello, como ocurrió con el libro anterior, eso no se interpuso en mi disfrute del libro, que de nuevo acaba con un cliffhanger de los que te dejan con ganas de más.

Déborah F. Muñoz