La perla negra

Opinión:

A una novela de aventuras se le pide justo lo que ésta tiene: un drama al inicio cuando es ajusticiada la madre de nuestra protagonista la trovadora Isabeu de Fuòc y una promesa de venganza que se irá cumpliendo en parte, pues la autora juega con personajes y tiempos, y cuando todo está listo da un giro que impulsa de nuevo las posibilidades del relato.

Después, un salto en el tiempo en el que aquella niña ha crecido. Su trayectoria la iremos conociendo a lo largo de los capítulos y, por medio de diferentes encuentros, conoceremos a unos singulares personajes. La puesta en escena de cada uno de ellos irá surgiendo entre peleas, robos y escapadas; episodios emocionantes que nos trasladan a múltiples cuentos de ladrones y malhechores ya vividos en obras de las que se alimentó Claudia Casanova cuando era niña. Emilio Salgari o Alejandro Dumas son dos autores a los que me ha transportado, ambos, maestros de la literatura de aventuras.

La cofradía de ladrones que dirige el judío Salomón es una organización que se mueve a sus anchas por el sur de Francia en el siglo XII, siendo Narbona el centro de operaciones. Bajo sus órdenes ponen en jaque a la nobleza gracias a una red situada en los lugares más insospechados. El buen hacer de todos los miembros y el incremento de sus beneficios les impulsa a dar el gran golpe que ha ideado Isabeu; mitad robo y gran parte de venganza, que nos llevará hasta los salones de la vizcondesa Ermengarda, donde también asistirá Raimundo de Tolosa.

Pero como en toda novela que se precie, la trama toma nuevos rumbos y aquello que parece a punto de resolverse se torna en un nuevo giro para el lector que tendrá que esperar hasta el desenlace para conocer el destino de cada personaje. Junto a Isabeu y Salomón, compartirán toda la acción el toledano Iñiguez y el mercader pirata Guerrejat, que también son imprescindibles para el futuro de la joven pelirroja. Ante todo, nos encontramos con una novela de personajes con los que no nos importaría volver a repetir, pues todos ellos conforman un relato coral que engancha por sus múltiples vertientes.

El contrincante a quién hacer cumplir venganza y centro de toda la intriga planeada por Isabeau es el obispo de Montlaurèl junto a su familia. El robo de un anillo con una perla negra será el detonante para que ambos bandos se enfrenten, los ladrones por un lado y los soldados a cargo del obispo por el otro. En un gran juego del ratón y el gato tendrán que ingeniárselas para demostrar quién es el más hábil. A la aventura se le unen nuevos ingredientes que la hacen más divertida, hasta tal punto que un nuevo personaje, Walter Map, un inglés nombrado por el Papa, intervendrá en busca de prácticas contrarias al cristianismo. Un enredo que irá poniendo las cartas sobre la mesa y que tiene una mezcla de intriga y componente histórico.

Cristianos, cátaros y el poder de la nobleza se asoman a estas páginas en medio de una oscura época medieval en Europa, en la que la religión fue estandarte de las invasiones territoriales, llevándose por delante a inocentes acusados de brujería o herejía.

La novela es también un homenaje a las heroínas, al arte de la poesía, de la música y de las letras; y especialmente a los libros de aventuras que tanto nos hicieron soñar. Una puesta en escena que recuerda a aquellas viejas películas que devorábamos los sábados por la tarde; un clásico con mucha acción donde los malos siempre tienen las de perder.

Porlomenix