La mula

Opinión:

Txema Ruiz

Juan Castro, el protagonista de esta novela, no es un héroe y, pese a lo que pudiera parecer, tampoco un cobarde. Es sencillamente uno de tantos españoles a los que la llamada guerra civil cambió por completo su vida y, desde luego, sin que ellos tuvieran el más mínimo interés en que esto fuera así.

Es cierto que Castro, hijo de esclavos en la Andalucía de los latifundios, tiene mentalidad de esclavo y es incapaz de reconocer y ni siquiera de plantearse que la sublevación franquista es para que él continúe siendo un simple esclavo dependiente de la caridad del "señoriíto".

Es la personificación de la España conformista, resignada con su triste destino y que ha sido y es durante años el mejor caladero para aquellos que cometen todo tipo de tropelías. Antes eran braceros, soldadesca para sublevaciones y ahora estómagos agradecidos y votos.

Es este, creo, uno de los méritos de la novela. Nos presenta a una serie de personajes creíbles, que son los que nos encontramos cada día en nuestra vida, que quieren trabajar, ganar lo más posible para salir adelante y no complicarse la existencia con cuestiones graves y profundas.

Por eso en esta obra no hay héroes, sino personas que están hartas de una guerra que parece no acabar nunca, que ha separado, amigos, familias y también amores, que es injusta y que como todos saben perfectamente no va a cambiar a arreglar nada sino más bien todo lo contrario. No quieren nada más que se acabe, no piensan en la victoria, sino en la Paz y como son intrínsicamente buenos ni se les pasa por la cabeza la posibilidad de la represión ni la venganza.

Hay sentimientos, lenguaje directo, necesidades de todo tipo, desde el hambre más atroz, hasta las sexuales. Y todo ello en un ambiente en el que se alternan la camaradería, la solidaridad y la mayor de las veces la honradez.

La guerra acaba y con ella las ilusiones de una visa mejor para nuestro protagonista, al que sus ilusiones se las trunca una mera cuestión de contabilidad.

En fin, una obra que se lee de un tirón y que acaba como tenía como acabar, es decir con nuestro protagonista tan solo y pobre como comenzó.



vsMystique  

Esta novela es, para mí, de las mejores de Eslava. El protagonista, Juan Castro es una de las personas anónimas que forman parte de toda guerra y de las que nadie habla, uno como tantos que nos muestra desde su punto de vista sencillo y llano, lo que ha sido la guerra civil, dejando al lector que saque sus conclusiones.

Es una historia muy tierna y desgarradora a la vez y lo más trágico es cómo Juan Castro lo acepta todo, la mentalidad de la época, las preocupaciones de los combatientes hermanos que ni siquiera saben por qué se han metido en esa guerra fratricida.

Una de las partes que más me han impresionado es cuando Eslava nos cuenta cómo los "enemigos" de los dos bandos se juntan pues unos tienen el tabaco y otros el papel de liar y en ese momento de tregua se preguntan acerca de cómo van las cosas en el otro lado, si tal amigo o tal familiar sigue vivo, etc para luego volver a separarse y seguir con una matanza que para ellos no tiene verdadero sentido. Una gran novela.