La mirada de Chapman

Opinión:

Tras un prólogo dónde se nos deja claro que María Méden ha sido secuestrada y posiblemente ya esté muerta, el ritmo de la novela nos empuja a saltarnos los capítulos y averiguar qué pasa realmente al final. Pero como somos buenos lectores, nos gusta que nos atrapen con una buena dosis de intriga y, además, los que ya conocemos a esta pareja protagonista sabemos que merecerá la pena esperar; nos enganchamos a este thriller policíaco sin más demora.

Después de ponernos en situación con la llegada de María a la isla de Menorca y presentarnos a su compañero de aventuras literarias, un viejo profesor de Criminología, es momento de intuir cierto recelo de María hacia Roberto, circunstancia que marcará la tensión cuando se junte la pareja y que nos hará preguntarnos por los motivos de su distanciamiento.

Roberto por su parte se encuentra en Madrid, en medio de una relación que ni el mismo sabe definir, atrapado en casos que nos resultan familiares por lo mucho que todos hemos opinado sobre ellos; cuando recibe el encargo de viajar a Menorca y ponerse al frente de una investigación.

En medio, el asesino, al que el autor nombra como "El hombre de la mirada con las horas contadas", nos deja pistas sobre él, pero al mismo tiempo se confunde entre todos los personajes que aparecen en la novela. Eliminar sospechosos y estrechar el cerco al candidato a asesino se convierte en un ejercicio más que entretenido para quienes nos va esto de jugar a detectives.

El asesinato del hijo de un editor en Cadaques y el vídeo de su ejecución retransmitido en la inauguración de la Semana Negra de Ciutadella, son los primeros elementos con los que se perfila la identidad del asesino, mostrando a un hombre resentido con el mundo literario por algún motivo; una palabra escrita en braile augura que todo esto no ha hecho nada más que empezar. Ante tales ingredientes es complicado abstraerse de la lectura y no contagiarnos del ritmo que nos impone cada episodio.

Pere Cervantes sabe lograr ese clima de tensión apenas rebajado con el relato de las vidas de María y Roberto, aunque a decir verdad, sus vidas están rodeadas de incertidumbre y el desasosiego que ambos padecen incrementa la intriga a lo largo de la novela. La alternancia de los sucesos, personales y profesionales, contribuyen a ese estado pues se complementan llegando a ser necesarios los unos de los otros.

Los personajes se reparten entre escritores, periodistas, policías y políticos, y todos juegan un papel importante. Los temas de actualidad como leyes, corrupción o el negocio literario, se asoman para dar más consistencia a la trama. Todo encaja a la perfección y el asesino se documenta sin dejar nada al azar, como en toda buena obra literaria. El autor incluye también nombres de compañeros de profesión, lo que nos hace recordar las variadas y apetecibles lecturas de este género.

El acertado título de la novela nos hace reflexionar con el juego de las miradas, con lo que cuentan las expresiones faciales; invitándonos a buscar un significado y un responsable en cada una de las instantáneas que parece querer mostrarnos el autor. Este efecto consigue que el relato se haga muy visual y que prestemos atención a los detalles. Los más curiosos y melómanos disfrutaréis con la historia que encierra aquella mirada de Chapman.

En la narrativa de Pere Cervantes comprobamos como ha subido un escalón más y se prepara para seguir demostrándonos que no está aquí por casualidad. Como ya ocurrió con la primera aparición de María y Roberto en el caso de los asesinatos de mujeres de edad avanzada en "No nos dejan ser niños", la intriga y el entretenimiento está asegurados.

Porlomenix