La mejor mamá del mundo

Opinión:

"La mejor mamá del mundo" es un libro de gran tamaño y estética preciosa, empezando por la propia portada que tiene las letras en dorado brillante.

Capítulo a capítulo desgrana las cualidades de las madres usando a modo de bestiario diversos animales, pero incluyendo, por supuesto, a la mamá humana. No obstante al acabar cada texto se hace una pregunta: ¿será ella la mejor mamá del mundo? ¿Se merece un premio?

Estas preguntas tienen como propósito que los niños aprendan todas esas cosas que las mamás hacemos por nuestros pipiolos y, al final, sepan que en realidad la mejor mamá del mundo es aquella que te quiere. De esta forma echa un cable a las madres adoptivas, por ejemplo, o a las buenas madrastras que han hecho de mamá. Me ha parecido una gran idea ese final por eso mismo: engloba a las que quieren a sus crías, ya sean propias o ajenas pero que les declaran su amor y se lo demuestran día a día.

Entre las cualidades de las mamás (aquí salen gatas, tiburones, perras, osas, zorras, canguros, tortugas, lobas o caballitos de mar entre otras) están la de la protección, el cuidadoso mimo, las horas de sueño perdido, el cansancio y los dolores, la enseñanza, la alimentación (en este caso todas las hembras amamantan a sus crías), etc…

Claro que los papás también pueden hacer todo esto (excepto parirlos y amamantarlos), pero éste es un libro dedicado a las mamás, y a pesar de eso en alguna ocasión se nombra a los machos, como en el caso del pingüino, cuando el retoño se queda con su papá para que la mamá se lance a pescar desenfrenadamente para alimentar a sus bebés.

No he podido evitar reírme con la descripción de la mamá gata o asombrarme y flipar con la mamá tiburón blanco. Ay, madre. Pobre mamá. Sin duda éste es un grandísimo homenaje a las madres, no en vano los propios autores dedican este trabajo a ellas.

El libro mide 29,9 x 32 cm, está ilustrado a todo color y tiene, incluso, dobles páginas que completan un dibujo enorme sin letras que estorben a la ilustración. Para hacerse una idea del interior basta con mirar y admirar la portada.

Es tan bonito que entra dentro de los libros ideales para regalar sin necesidad de excusa. Es más, también es precioso como regalo para una mamá.

Bravo por los textos de Sébastien Perez y bravo por las ilustraciones del siempre magnífico Benjamin Lacombe.

Anika Lillo