La máscara de Venus

Opinión:

La portada impresiona desde el primer momento pues se aparta de la discreción habitual al mostrar una figura femenina casi desnuda. Pero lo perturbador viene de lo que sería su reflejo en un espejo, que no es tal sino una mirada directa, intensa, que oculta sus emociones tras una máscara a la vez que reta al espectador: ¿se detendrá tu mirada en mi piel o intentará descubrir quién soy en realidad?

Tal como se presenta "La máscara de Venus", en su interior encontraremos sus memorias eróticas. Vale, sí, están ahí dentro, pero que nadie espere algo parecido a un Kamasutra personal. El erotismo es mucho más que eso y Venus O'Hara nos muestra muchas de sus facetas y posibilidades. Siempre desde su propio punto de vista y tal como las vivía en esa circunstancia concreta, que luego no serán las mismas de entonces, pues su evolución personal las enriquece con el tiempo y las dota de más dimensiones.

El lenguaje directo compagina muy bien con la sutileza emocional de las expresiones. Con eso la autora demuestra que es capaz de decir muchas cosas, sin que caiga en ninguna procacidad que desluzca su imagen de musa inspiradora.

Gracias a esa naturalidad con la que describe las situaciones y a que ha prescindido de cualquier inhibición, no hay temas tabú. No obstante, ese desparpajo también provoca que haya ocasiones en las que peque de ingenua, ya que no vale el mismo comportamiento en un entorno abierto, como el universitario donde el contacto se basa en la afinidad, que en uno cerrado, como el laboral donde el contacto personal es más amplio y difuso, al ser impuesto por las circunstancias. Y eso independientemente de los lugares, pues tiene poco que ver con los temperamentos propios de cada sitio.

Aunque también hay morbo, que habrá redundado en una mayor atracción por el libro, en ese aspecto lo mejor que aporta Venus O'Hara es la esencia de las relaciones fetichistas o bedesemeras, que sí, que tienen bastante parafernalia asociada, pero eso no es más que un aditamento y así nos lo demuestra con muy buen criterio.

En "La máscara de Venus", los lectores encontrarán bastante sexo, mucho más erotismo y podrán apartar su propia máscara, superflua en la intimidad de reseguir una aventura vital tan desinhibida como compleja. 

Selin