La masacre olvidada

Opinión:

Andrea Camilleri dice en este mismo libro que no tiene mente de historiador, que su interés en el caso que le ocupa viene de historias familiares y que solo ha consultado unos pocos libros de historia, sin visitar archivos, para llevar a cabo este texto. No obstante, su objetivo final no es ser riguroso con una documentación incuestionable, sino rescatar del olvido estos sucesos que fueron tan bien cubiertos.

Inicia el ensayo con la primera masacre, que ocupa casi la totalidad del mismo: la de ciento catorce presos condenados a perpetua que hacían trabajos forzados en los alrededores. Tras hablarnos del contexto histórico, los levantamientos sicilianos contra los Borbones de 1848, pasa a contarnos los sucesos en sí. La masacre, parece haber ocurrido casi por error: ante el levantamiento popular en el pueblo de Molo, los presos fueron encerrados en una celda común para evitar que se levantaran también dentro del edificio, algo contra lo que el general Sarzana no habría tenido defensa. El problema era que esa celda no tenía salidas de aire, así que murieron asfixiados y se corrió un tupido velo sobre lo ocurrido.

La otra masacre se nos cuenta al final, en apenas unas páginas, donde se habla de cómo los implicados en un acto violento contra un notable de Pantelaria fueron encerrados en una habitación donde un grupo de notables abrieron fuego. Es casi un broche que viene a insinuar que pudo haber muchos más sucesos similares en esa época.

La narración en sí me ha parecido confusa y un tanto desestructurada, además, la forma de narrar los sucesos no es quizás la más apropiada para el objetivo, porque el autor utiliza para ello un tono de denuncia, pero desenfadado e irónico, no muy empático. Tampoco llega a personalizar en ningún momento a las víctimas, de las que solo sabemos que eran criminales presos y la lista de sus nombres y procedencias, adjuntada al final del libro. De los otros quince asesinados en Pantelaria ni siquiera tenemos eso, mientras que de los verdugos sí que tenemos suficiente información para condenarles mentalmente.

En definitiva, es un ensayo muy personal y parcial de Camilleri, que nos cuenta desde su prisma unos hechos olvidados que al público español le quedan un poco lejos y le pueden resultar algo confusos.

Déborah F. Muñoz