La llave del abismo
Título: La llave del abismo
Título Original: (La llave del abismo, 2007)
Autor: José Carlos Somoza
Editorial:
Plaza & Janés
Copyright:
© 2007 José Carlos Somoza
© 2007, Random House Mondadori, S.A.
ISBN: 9788401336508
Etiquetas: aventuras ciencia ficción sci-fi sci fi enigma misterio libros premiados thriller thriller futurista
Nº de páginas: 527
Argumento:
Durante su trabajo en el Gran Tren, Daniel Kean descubre a un
muchacho diseñado que lleva insertada en su cuerpo una bomba. A
cambio de que todo salga bien acepta ser portador de su secreto y a
partir de ahí cambia el rumbo de su vida. Su mujer y su hija están
en peligro, los terroristas -creyentes de la Biblia- son de más de
un bando, hay infiltrados en cualquier parte, no se sabe quién es
bueno y quién es malo… Daniel Kean sospechará todo el tiempo porque
jamás lo tendrá fácil en su mundo diseñado.
Un hombre biológico, Héctor Darby, una ciega con un anterior
pasado de "perra", Maya Müller, y otros amigos suyos seguidores de
distintos Capítulos de la Biblia (Meldon Rowen, Brent Schaumann,
Anjali Sen y Yilane, todos diseñados) se unen a Daniel para hallar
la Llave del Abismo, cuyo secreto se esconde en la mente de un
escéptico: el propio Daniel.
V Premio de Novela Ciudad de Torrevieja
Opinión:
Dice la contraportada que se trata de "una llave que el
lector tendrá que encontrar" y no puedo estar más de
acuerdo con esta teoría: La Llave del Abismo es un secreto para
ellos y para nosotros, y durante toda la novela nos preguntaremos
en indefinidas ocasiones qué es esa Llave, adónde lleva, quién se
esconde detrás… Lo mismo ocurre con sus personajes: nos
descubriremos detectives mentales intentando descubrir quién es
fiel y quién nos está engañando (a nosotros y a Daniel Kean). Las
pistas que podamos obtener no son del todo fiables, dado que
estamos hablando de José Carlos Somoza, un autor que ha
dado otra vuelta de tuerca a algo que me recordaba en cierto
momento a "La guerra de los mundos" de Orson Welles.
Esta es una novela de tres fases para el lector: mientras la está
leyendo, cuando la termina y el día siguiente, y dos días después.
Cuando estás en ella necesitas cierta concentración para no perder
detalles sobre el ambiente, el diseño de ese mundo futurista e
incluso de sus ropajes o costumbres. Lo mismo puede decirse de su
fé, su religión, sus creencias, el seguimiento de la propia Biblia,
sus profecías, el sentido de la búsqueda, sus habitantes… Todo
ello, al día siguiente de haber terminado el libro está más claro
porque nuestra mente no se desprende del todo de la lectura de
"La llave del Abismo". Y si, como yo, hacéis un repaso al
libro el segundo día de su lectura, entonces todo cobra un sentido
más profundo, algo que ya sospechas desde el inicio, pero que queda
más claro unos días después. Tampoco necesitas recuperar en la
memoria los detalles perdidos, se mantienen en el cerebro como
imágenes visuales muy semejantes a un cómic o a una película de
"X-Men". Esta similitud, que llegó varias veces a mi
mente, me hizo reflexionar: "La Llave del Abismo" es un
libro ideal para visualizarlo también en forma de novela gráfica o
en el cine.
Son muchas las páginas de este libro y también muchos los
personajes, y no de todos se nos quedará, mientras leemos, su
físico, pero sí habrá algunos que se quedarán fácilmente en nuestra
memoria: la ciega y fuerte Maya Müller, el hombre biológico Héctor
Darby, la Rubia Turmaline con su cabello de oro, Svenkov, la india
Anjali Sen, Mitsuko Kushiro y su pelo rojo… puede que estos sean
los más característicos. En cuanto a sus pasados los más fáciles de
recordar, bajo mi punto de vista, serán siempre el de Daniel Kean
(por ser el protagonista y llevar una vida tan común) y el de Maya
Müller en particular, por haber sido adiestrada como "perra"
(definición que no desvelaré para no estropear una parte
inquietante del argumento). Luego quedan restos de pasados que
cobrarán importancia a lo largo del libro pero no quiero desvelar
el argumento.
Me comentó un periodista hace unos días que los libros de José Carlos
Somoza, especialmente durante todas las tramas, crean mucha
expectación, y que eso requiere un final sorpresivo, que esté a la
altura. Cuando iba terminando la lectura pensé en ello y me temí
que no pudiera conseguirlo, pero he de reconocer que lo ha hecho.
El final está a la altura del libro, un libro que por un lado me
robó mucho tiempo (lo hubiera deseado más compacto) y que por otro
valoro más dos días después de haberlo leído.
En "La llave del Abismo" el autor juega con distintos
tipos de miedo: psicológico, tortura física, agonía, el saberse
prescindible, ser inutilizado (como en la hipnosis, pero siendo
consciente), el miedo que produce la creencia ciega y la fe en
relatos oscuros y tremendistas, el miedo -incluso- que produce el
conocimiento, el miedo a la Verdad y a la falsedad… Estos miedos
son utilizados para jugar con los personajes como marionetas en un
thriller futurista, y aunque ya son recursos que ha
utilizado Somoza en otras ocasiones, aquí están plasmados, quizás,
de forma diferente. Aquí, por ejemplo, no hay una pizca de gore
(algo que me gustó mucho percibir en "La dama número
trece"), aunque sí hay coincidencias con sus otros libros. Sin
ir más lejos el tema de las creencias y sectas. O el hecho de que
una persona pueda ser utilizada sin tener control alguno y sea
consciente de ello (también aparece este detalle en "La dama
número trece"); otros de sus libros con ciertas coincidencias
son "La caverna de las ideas" y "Zig-Zag")
Un hombre biológico será, siempre, el objeto exótico en la novela
(si nos ponemos en su piel, es más fácil entender la novela que si
nos ponemos en la piel de cualquiera de los otros personajes
diseñados), al menos en lo que respecta a sus inquietudes.
Una de las cosas que me ha resultado más interesante es la
reacción de los personajes ante lo que nosotros consideramos
natural o propio de la Naturaleza: una playa, por ejemplo, no
artificial, con sus sonidos, olores y habitantes. Aquello que para
nosotros es perfectamente normal, para ellos es tan innatural que
les produce verdadero pánico. Lo curioso de esto es que lo que
ellos consideran normal, al lector le debe resultar muy complicado
de entender.
Para muchos, deduzco, lo que menos puede gustar es que los
personajes diseñados sean una especie de "vigilantes de la playa",
seres perfectos, guapísimos, casi andróginos… casi puedes ver en la
novela a Angelina Jolie bajo la apariencia de Maya Müller de no ser
por las pecas.
Uno de los detalles estructurales de la novela se suceden en
ciertas repeticiones que nos adelantan que "hay más y peor". Cuando
todo parece mejorar, Somoza termina el capítulo con un "y su
expresión cambió por completo", o "apenas pudo creer lo
que veía", etc, lo que nos advierte de que hemos bajado la
guardia con demasiada premura.
Otro detalle es que no siempre sepamos algo que uno de sus
personajes sí sabe. Algo que pasa desapercibido pero que queda en
su interior, algo que sospecha que no encajaba en la escena y que
no nos cuenta. Este "algo" se verá más adelante, a veces incluso
bastante más adelante, haciéndonos recordar por un lado que algo se
quedó en el tintero (Somoza ha atado bien los hilos) para que, al
recuperarla tiempo después, la trama de un giro inesperado… aunque
en particular hay una que no me creo y tiene que ver con la urna de
las cenizas que lleva Daniel Kean consigo.
Esta novela está ambientada en Alemania, Japón, Nueva Zelanda y el
Abismo. Podríamos decir que Alemania es lo más normal (aunque se
nombra a Madrid, se describe un poco y casi parece que quedan
residuos de la vida que conocemos nosotros), que Japón es una
auténtica locura, que Nueva Zelanda recuerda a tiempos de
aborígenes australianos y que el Abismo esconde la absoluta Verdad
(detalle este que desvela el final y por tanto no contaré). Japón,
es, en todo caso, la ciudad más asombrosa de todas, la más
perversa, la más vil, aquella donde no existe dignidad, vida
privada, o valor personal.
Y me gustaría acabar con un detalle próximo al final: Nueva
Zelanda. Lugar natural, como comentaba antes, donde el mar es real
y las montañas también, es una combinación de humanos biológicos y
diseños, y me resulta de lo más curioso que aquellos que están allí
en su mayoría se traten de locos, que vivan en una especie de
manicomio y que el propio Somoza describa como puentes entre la
oscuridad y la luz, algo místico. ¿No nos hemos preguntado casi
todos alguna vez si los locos no seremos nosotros y aquellos a los
que llaman locos son los que conocen la Verdad y son los cuerdos?
Ahí queda eso.
Una nota que no debe pasar desapercibida: este libro está
realizado en honor a un autor, y sólo quienes hayan leído sus "m…."
sabrán reconocerle en los Capítulos. Lamento no descifrar qué va
detrás de la "m", pero eso sería ponéroslo demasiado fácil.
Sinceramente, yo le habría dado el premio por "La dama número
trece".
Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com
Comentario de los lectores:
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