La llamada de la selva

Opinión:

A lo largo de la historia de la literatura, muy pocos clásicos tienen a animales como protagonistas, y resulta curioso y anecdótico que el perro, con su habitual presencia en la obras, haya protagonizado novelas con muy poca frecuencia. "La llamada de la selva" está protagonizada por un perro, llamado Buck. Para aquellos que sienten predilección o afecto por los perros, mejor que no piensen que es una novela para disfrutar. Es una novela dura, cruel, pero rebosante de muchas emociones.

Jack London se encuentra en el pedestal de los grandes escritores. No sólo norteamericanos, sino mundiales. A tenor de sus obras, no debió de tener una vida fácil, o eso deduce uno al comprobar el tono que adoptan sus obras. Éstas son crueles, faltas (o casi faltas) de corazón, con personajes insensibles. Seguramente Jack London poseyó un gran corazón, pero endurecido. "La llamada de la selva" no carece de momentos despiadados. Además, tiene un don especial por saber hacer sentir al lector aquello que las líneas están describiendo, por lo que uno acaba sufriendo, incluso si al lector le resultan indiferentes los perros.

Sin duda alguna, gracias a los sentimientos exacerbados, a los golpes sangrantes o a la crueldad del ser humano, uno no puede evitar encariñarse con Buck. La novela, que es corta, lo suficiente en largada para tanto sufrimiento, acaba convirtiéndose en una grandiosa novela con los sentimientos a flor de piel. Quizá después de llantos, quizá después de muecas, quizá después de dientes apretados entre sí, el lector se emocionará con Buck y su sufrimiento bajo la insensibilidad de los humanos y el salvajismo de los otros perros.

"La llamada de la selva" constituye un clásico dentro de la literatura universal. A primera vista tiene pinta de libre juvenil, mas se trata de un gran libro para todas las edades. Un libro para sentir, emocionarse y aprender y reflexionar sobre el comportamiento humano. Por lo general siempre se ha visto el sufrimiento de los animales a través de los ojos del ser humano. Aquí se hace a través de los ojos caninos. Una dolorosa pero enorme perspectiva. Supervivencia en su estado más puro.

Jack London sigue esa estela muy predominante en la literatura norteamericana en la que su personaje se acerca o se adentra o busca su hogar en la naturaleza. Gran parte de esa literatura en el siglo XIX centra mucho su enfoque en los bosques, en esas lindes donde la tierra es virgen, puramente americana, y no corrumpida por los extranjeros europeos que en ese siglo invadieron en masa el país norteamericano. Esas lindes representan el punto de encuentro de uno mismo. 

Cristià Serrano