La llama de la sabiduría

Opinión:

Mila L. Castelo

A Juan Francisco Ferrándiz le conocemos por su gran éxito "Las horas oscuras". En esta ocasión vuelve a sorprendernos al introducirnos de lleno en la intrincada vida de nobles y clase media de la Valencia del siglo XV.

Si algo caracteriza a "La llama de la sabiduría" es su proclama a favor del papel de la mujer a lo largo de la historia, un papel que se ha visto vilependiado y ninguneado por unas sociedades en las que les habían quitado los derechos y las habían puesto bajo el yugo de los hombres.

La historia se divide siete lectios, que comienzan con las notas del supuesto breviario que Irene Bellvent tiene en su poder. Cada una de estas lectios precisamente parecen que nos muestran una dura enseñanza que la joven tendrá que asimilar para superar sus problemas y hacer frente a todos los obstáculos que le ponen el camino.

La novela es una mezcla de distintos géneros pues en ella encontramos aventuras, amor, intriga y crímenes que parecen quedar impunes. Los primeros de estos muertos parecen ser los padres de Irene. Sin embargo, la joven pronto descubrirá que su madre ha conseguido escapar a ese gran entramado que se cierne sobre su persona simulando su propia muerte. Irene intentará descubrir el lugar en el que se encuentra, pero lo que no sabe es hay grandes personas dispuestas a impedir que logre sus deseos de regentar el hospital que estaba a cargo de su padre, por el hecho de ser mujer, y de encontrar a su madre.

Irene contará con la ayuda de Tristán, su enamorado, que tendrá que lidiar con una sociedad que le acusa de un crimen del que no ha tenido culpa; de Caterina, su mejor amiga, hija de un abogado amigo de su padre; de Eimerich, uno de los criados del hospital, y otros personajes más.

Caterina al igual que Irene, es una muchacha que no se conforma con el papel impuesto por la sociedad a las mujeres; pero como aparentemente tiene menos que perder que su amiga se lanza a incursiones heroicas sin medir sus consecuencias. Perteneciente a una familia de conversos cualquier actuación por parte de su familia puede ser mirada con lupa.

Irene acaba aceptando casarse con Hugh, un hombre un tanto oscuro y enclenque. Lo que no sabe es que esta decisión acabará cambiando toda su vida y dará al traste con sus más ansiados anhelos. Detrás de todas sus penalidades se encuentra Gostança de Monreale, una oscura mujer que busca venganza y de la que nadie sabe nada. Irene tendrá que hacer frente a todas las maquinaciones de esta mujer, que no desea que permanezca viva.

El autor nos ilustrará con las grandes intrigas políticas de la época, los ardides de una nobleza rancia, que no está dispuesta a permitir que las cosas cambien. Así asistiremos a una época oscura, mezquina y cuyas personalidades estaban carentes de escrúpulos.

La historia cuenta con unos personajes muy trazados, muy humanos y reales. En ocasiones puede su comportamiento y su forma de actuar no nos guste pero ¿qué haríamos nosotros en su lugar?, ¿y en aquella época?

La historia central es fantástica, pero las subtramas, protagonizadas por Caterina y Eimerich, que la rodean no se quedan atrás.

La novela es fácil de leer, a pesar de tener un vocabulario complejo en algunas ocasiones. La escritura es, salvo lo ya dicho, sencilla y asequible. La lectura es fluida y amena, debido a los diversos giros con los que nos encontramos. El autor no nos da pie al descanso, cuando parece que todo va a encauzarse acaba sucediendo algo, completamente imprevisible, que nos vuelve a mantener en vilo, con lo que el lector vive en contínuos sobresaltos.

Lo peor es, que aunque lo sabíamos, darse cuenta de la cruda realidad que vivían las mujeres en el pasado, en este caso en el siglo XV. Menos mal que, aunque poco, algo hemos avanzado.

Una novela que disfrutarán los amantes de la novela histórica, y del misterio, pero también los que gusten de aventuras sin fin.

Mila L. Castelo

Selin

El concepto con que "La llama de la sabiduría" abre sus páginas resulta provocador. No ya por la respuesta a la pregunta de si las mujeres tienen alma, que a ver el guapo que se atreve a dar una negativa a esa cuestión, sino por el hecho de que se llegue a plantear. En unos tiempos como los nuestros y cuando ese planteamiento ha salido en alguna ocasión fuera de la especie humana, esa pregunta nos parece aberrante.

Ahora bien, la cuestión de fondo es una consecuencia de esa cuestión y trata tanto de los derechos que tenga reconocidos la mujer en razón de su sexo, como de las limitaciones sociales y legales para ejercer esos, por muy naturales que parezcan, y otros que directamente le son negados. Y es que no hace tanto, en España se exigía la firma del marido para que la esposa pudiese comprar a crédito. Yo era adolescente y recuerdo bien que mi madre se subía por las paredes cuando se encontraba con ese problema.

Respecto de la trama, lo cierto es que es bastante compleja y tendremos que estar atentos a los detalles para que no se nos escape nada. Aun así, es fácil dejarse llevar por la acción, ya que ocurren muchas cosas, casi es un continuo ir de aquí para allí, y seguro que nos llevaremos alguna sorpresa.

La recreación de la época ha sido muy trabajada y es muestra de la buena labor de Juan Francisco Ferrándiz, que nos muestra la Valencia de finales del siglo XV como si estuviésemos allí mismo. La conjunción de personajes históricos con los propios de la ficción de la novela forma una estructura compacta, con unas fronteras entre lo que fue real y esta historia que se difuminan, lo que nos permitirá otorgarles dimensión humana a lo que solamente serían nombres de un tiempo pasado y poco más.

También podremos comprobar como Juan Francisco Ferrándiz es amigo de la intriga, manteniendo al propio lector en la duda o haciéndole pensar que la historia tomará un giro, para luego sorprendernos y casi obligarnos a comprobar lo que habíamos leído e interpretado de otra manera.

Como resultado, "La llama de la sabiduría" es una excelente novela que nos cuenta una historia que sentiremos cercana, en la que nos implicaremos emocionalmente y que dejará huella en nuestro ánimo tras una muy satisfactoria lectura.

Selin