La leyenda del santo bebedor

Opinión:

"La leyenda del santo bebedor", una de las obras más breves de Joseph Roth, es sin embargo una de las más ricas y complejas en cuanto a su simbolismo y carga filosófica. Escrita en el ocaso de su vida, cuando Roth estaba atrapado por la pobreza, el alcoholismo y el exilio, la novela se interpreta habitualmente como una confesión personal disfrazada de fábula. La historia bucea en las parábolas bíblicas, los mitos judíos y la tradición mesiánica universal para explorar con el lector el tema del destino. Andreas Kartak es un alter ego evidente del propio Roth: ambos son hombres desplazados, vencidos por el exilio y sus circunstancias, pero que conservan, aunque sea de manera débil, una noción de dignidad y moralidad.

En el centro de la obra se encuentra la relación entre el destino y la libertad. Andreas parece condenado desde el principio, no solo por su situación social, sino también por sus propias decisiones. A lo largo de la novela, se le presenta la oportunidad de redimirse al devolver el dinero que le fue otorgado, pero fracasa repetidamente, lo que pone en cuestión su capacidad para cumplir sus promesas. El contexto no le ayuda: en cada esquina le aguarda una mala influencia. Un viejo amigo con el que irse a beber. Una mujer que le lleva a la ruina cada vez que se encuentra con ella.

La maestría de Roth se encuentra en el hecho de que bajo una trama aparentemente sencilla, sea capaz de explorar las capas más profundas de la psique humana. Andreas no es solo un hombre incapaz de cumplir una promesa; es el reflejo de la humanidad misma, atrapada entre sus deseos y sus debilidades. Somos lo que somos porque nos cuesta mucho ser lo que no somos, que aunque parece un juego de palabras centra bien el tema del libro.

Acantilado siempre ha tratado bien a Joseph Roth, igual que a su amigo y benefactor Stefan Zweig. De hecho, muchos analistas ven en ese desconocido que da dinero al vagabundo en este libro un guiño a las veces que Zweig daba dinero a Roth para que subsistiera. Uno de los grandes atractivos de esta edición es contar con la oportunidad de leer el magnífico postfacio de Berta Ares Yáñez, investigadora y periodista cultural, quien ofrece un análisis exhaustivo de las diversas interpretaciones que "La leyenda del santo bebedor" ha suscitado desde su publicación. Además, el análisis de Ares Yáñez ilumina aspectos menos evidentes del texto, de manera que el lector de esta edición estará mejor acompañado que nunca para entender este ciclo de fracasos y pequeñas victorias sin una salida clara que es "La leyenda del santo bebedor".

Joseph Roth, nacido en 1894 en el Imperio Austrohúngaro, fue uno de los grandes cronistas de la Europa en decadencia. Obras como "La marcha Radetzky" o "Fuga sin fin" (ambos en Acantilado) retratan con precisión la descomposición del viejo continente y el impacto que este proceso tuvo en los individuos. "La leyenda del santo bebedor", aunque más íntima y contenida, mantiene este mismo hilo conductor: la vida humana, según Roth, está marcada por la pérdida y la desorientación, pero también por una tenue esperanza de redención que, en muchos casos, nunca llega a materializarse.

Obra de apariencia sencilla, dotada en realidad de múltiples capas de interpretación, escondiendo un universo simbólico y filosófico que invita a una reflexión profunda sobre el ser humano. Oportunidad de redescubrir esta joya literaria desde nuevas perspectivas y colocarnos en el camino de reconocer a Joseph Roth como uno de los grandes maestros de la narrativa europea del pasado siglo.

Rafael Ruiz Pleguezuelos