La isla del Dr. Moreau

Opinión:

De un clásico de la literatura de ciencia-ficción como es La isla del Dr. Moreau poco o nada puede decirse que resulte novedoso o aporte nuevos puntos de vista. Un autor como H. G. Wells, fuente de inspiración de tantos autores de ficción modernos, se adentró con esta novela en un complejo tema: los límites éticos de la ciencia en su insaciable curiosidad y las consecuencias a que puede dar lugar la experimentación no sujeta al respeto de unas mínimas normas. El personaje del Dr. Moreau es todo un símbolo del afán desmedido de poder, del desprecio de la condición humana y del afán de manipular la naturaleza en pos de un sinsentido.

En la novela se narra con excelencia el encuentro del hombre con el monstruo que lleva dentro, al que vislumbra gracias al reflejo de seres híbridos de difícil definición. Porque la identidad humana, que tan obvia parece en general, corre el peligro de diluirse en virtud de unos intentos de transformación no siempre lógicos o sensatos. Hoy, más aún que cuando Wells escribió la novela, el peligro de que tales monstruos se hagan realidad es más que cierto, pues nadie ignora los avances que en la genética se producen cada día; por eso este tema no dejará nunca de ser de actualidad, además de objeto de polémicas en todos los ámbitos.

También los animales forman su propia "sociedad", se agrupan y organizan a su manera, se defienden entre sí o se atacan si son enemigos, y nos demuestran que nunca hemos sido tan superiores a ellos como nos empeñamos en creer. Cuando la teoría de la selección natural y la evolución de las especies de Darwin salta por los aires mediante manipulaciones peligrosas, las consecuencias son imprevisibles, y tanto la literatura como el cine presentan abundantes y notorios ejemplos de ello.

La narración, aunque pormenorizada y lenta, se hace amena gracias al interés sostenido que la pluma de Wells sabe manejar. Le interesa plasmar el hecho en sí, y se aleja casi siempre de florituras literarias a las que, según propia confesión, no era demasiado aficionado. No obstante, la calidad literaria de su obra está fuera de toda duda, y su lectura, desde el primer instante, constituye un placer.

Una obra recomendable sin paliativos para todo tipo de lectores, en especial para los amantes de la ciencia-ficción, la fantasía y la aventura.

José A. Carbonell