La indignación activa

Opinión:

Baltasar Garzón propone en este obra no solo una justa indignación por los problemas que aquejan una sociedad especialmente ausente, apática, indiferente, sino incluso una cierta reacción rebelde, una "reacción propositiva" junto con un "impulso" tanto reactivo como incluso preventivo para agresiones futuras.

Esos males encarnados en la corrupción, el crimen, el terrorismo, la manipulación, la desinformación. Esos problemas para los que este famoso jurista propone un "principio de Indignación activa", esa acción que haga frente a esas agresiones, intentando no sólo hallar respuestas, sino ayudando a elaborarlas.

La política y ética como problema, por el tedio, la corrupción, el funcionamiento de los partidos políticos, el crimen organizado, el liderazgo, como caras de un mismo prisma que materializa un profundo conflicto moral en la sociedad de nuestros tiempos. La dignidad humana agredida por las diferentes formas de violencia. El terrorismo y sus secuelas en forma de recortes de libertades, la agresión institucional al derecho a la intimidad y la privacidad, los excesos de las medidas preventivas en una vida en permanente estado de excepcionalidad. La justicia que se ve fragilizada al ser utilizada como arma arrojadiza de disquisiciones políticas o ideológicas, y sobre todo cuando no sirve a su verdadera causa de garantizar la libertad y la igualdad entre los seres humanos, esa justicia a la que hay "que dotar de alma, sentimientos, entrega y vocación en defensa de las víctimas". Los derechos humanos atravesados por las lanzas de la guerra, la violencia, las discriminaciones por razones de sexo o ideología, el debilitamiento progresivo de la justicia universal, los problemas morales y colectivos que campan por el ciberespacio, los penosos equilibrios geoestratégicos, esa terrible fosa en la que se ha convertido el Mediterráneo, la corrupción, la memoria para una Historia que se compadezca con la verdad de un pasado necesitado de claridad, las víctimas que habitan el mundo como una enfermedad moral tan injusta como sangrante en este nuevo milenio.

Asuntos que recorren estas páginas de un libro profundamente cargado de justa indignación moral, como una breve enciclopedia de los profundos problemas que dañan un mundo en un nuevo milenio ensombrecido por retrocesos e injusticias intolerables. Este libro es la visión personal de un individuo que ha visto y conocido, de una persona que ha tenido al alcance su mirada, de sus sentidos, de su cerebro, muchos de los hechos que justifican los argumentos que se despliegan en esta obra, que sirve de llamada de atención para los graves problemas que nos aquejan como sociedad, esos que no desaparecen si dejamos de hablar de ellos, así como para formular una llamada a una movilizaciòn progresista que revitalice una sociedad que pueda volver a gozar de sus derechos y libertades con normalidad.

Percepciones, reflexiones, conclusiones, con las que se podrá coincidir o no, pero que en absoluto empecen para obligarnos a reflexionar, porque los problemas existen aunque quepan diversos diagnósticos o propuestas. Esos mismos conflictos y problemas para los que Garzón nos señala que es "necesario contribuir a su sanación".

Jorge Riet