La historia silenciosa

Opinión:

Estamos frente a una novela, ante todo, rara. No solo por la historia que cuenta sino también debido a su composición. Pero vayamos por partes.

Se trata de una distopía que mezcla elementos médicos con otros más propios de la ciencia ficción. Basándose en una enfermedad rara inventada que mezcla síntomas de otras que sí existen (autismo, mutismo, diversos problemas de logopedia, apraxia oral, etc.), crea una atmósfera propia y nos introduce en un mundo nuevo, en una realidad que bien podría suceder en cualquier momento, por qué no. Así pues, podría decirse que se trata de un cruce entre uno de los ensayos médicos novelados de Oliver Sacks (siempre fabulosos e interesantísimos) y una de las historias de Isaac Asimov, con tintes futuristas e irreales, pero que con el tiempo podrían llegar a existir. También recuerda en muchos aspectos a uno de los capítulos de la serie de televisión Black Mirror, titulado "Tu historia completa (The Entire History of You)", en el que se recrea la sociedad dentro de unos cuantos años, completamente al servicio de la tecnología, en la que todo el mundo lleva un implante cerebral que graba en vídeo toda la vida de sus usuarios, que pueden revivir momentos de su pasado a través de un sencillo mando a distancia. Un futuro aterrador que poco a poco se nos va imponiendo.

Por otro lado, está escrita por tres autores, y se trata de una novela coral, en la que cada capítulo da voz a uno de los protagonistas. De este modo asistimos al avance de la trama desde diferentes puntos de vista: tenemos familiares de silenciosos, maestros, científicos, o a los propios afectados, narrando por turnos.

Se trata de una novela larga, de más de 500 páginas, que en ocasiones llega a hacerse un tanto lenta y pesada. La redacción no goza de mucha calidad, simplemente es correcta pero no brillante en cualquier caso. Su origen se encuentra en una aplicación para teléfonos móviles que al parecer tuvo un gran éxito y que se convirtió finalmente en esta novela. Al principio los usuarios podían interactuar e iban recibiendo por entregas los capítulos en sus dispositivos móviles. Uno de sus tres autores es conocido por escribir precisamente libros del tipo "Elige tu propia aventura" (esos libros-juego que siempre preferían los niños de la clase a los que en realidad no les gustaba leer). De este modo, los usuarios regresaban a esos libros de la infancia pero a través de la tecnología, y con un contenido enfocado al público adulto. Sus tres autores son escritores galardonados y con cierto prestigio en EE.UU.

Si la novela resulta interesante, es precisamente por su aplicación a la vida real y la reflexión que surge de ella: qué sucedería si algo así ocurriese en nuestro mundo real. Los autores plantean sus líneas argumentales pero podemos reflexionar acerca de la importancia del lenguaje para el continuo avance y progreso de la sociedad, pero también, y sobre todo, de la falta de empatía del ser humano, que protege y cuida a quienes son diferentes o discapacitados pero que no respeta que pueda haber una realidad paralela para ellos, sino que intenta siempre adaptar sus vidas para que se integren en la sociedad "normal". Y es que los niños silenciosos, o "logorresistentes" como también se les denomina en la novela, crecen sin atribuir un término a cada realidad que se presenta ante sus ojos: y de este modo su universo personal no conoce límites, porque nada está reducido a palabras. Se comprueba que la comunicación entre ellos, a base de extraños y casi imperceptibles gestos faciales, es mucho más rica que la comunicación hablada o escrita de las personas normales. Pero sin embargo, se les estudia y persigue hasta conseguir que un implante cerebral en forma de pequeño chip les obligue a hablar. Esto conlleva una serie de situaciones inesperadas aterradoras.

Es una trama que invita continuamente a la reflexión ya que pone en entredicho los valores de la sociedad creando un escenario controlado. ¿El lenguaje nos libera, o nos somete? Y, ¿podemos ser libres si nacemos diferentes? Que cada uno extraiga sus propias conclusiones…

Mar López