la hermandad de la buena suerte

Opinión:

Con el trasfondo del mundo de las carreras de caballos, que por cierto describe el autor con una curiosa tendencia a la ironía, Fernando Savater nos presenta una novela de búsquedas, plagada de preguntas y dudas sobre el destino, que se camuflan en las vidas de los variados personajes que dibuja. Así, pasarán ante los ojos del lector los orgullos de dos adinerados magnates cuyo único aliciente es quedar el uno por encima del otro, la intención del Príncipe de ser tan buen mercenario como su fallecido padre (El Rey), con el que siempre es comparado por todos, el estoicismo de un entrenador de caballos sumido en una lucha contrarreloj con la enfermedad que amenaza acabar con su vida antes de la Gran Copa, la ridícula arrogancia del Comandante, guardaespaldas y hombre de confianza del Príncipe, la incapacidad del Doctor (uno de los mercenarios) para superar la muerte de su mujer, con la que habla como si estuviera viva, y la lucha del Profesor (otro de los mercenarios) para discernir entre sus atemorizadores sueños y la realidad así como para lograr olvidar al hombre que fue su pareja sentimental y que le dejó…

Resulta curiosa la estructura de la novela, pues cada capítulo está narrado por uno de los personajes (fundamentalmente el Profesor y el Doctor), y por tanto cada uno tiene un estilo propio, distinto y característico, con profusión, eso sí, de reflexiones y citas filosóficas.

Son muchas las búsquedas que se nos describen (cada personaje tiene la suya propia), pero poco a poco, y de forma amena, divertida y aventurera, pero sin que la historia pierda profundidad ni consistencia, todas confluyen en la consistente en dar con el paradero del Jockey Pat Kinane, que no es más que la metáfora del intento de averiguar en qué consiste la Buena Suerte (curiosamente, frente a la moda literaria de sectas ocultas, sociedades secretas, misterios ancestrales y hermandades antiquísimas con fines enigmáticos, Savater nos propone la existencia de una Hermandad cuya misión es precisamente ese: el estudio y seguimiento de los casos de Buena Suerte, con la idea de averiguar en qué consiste ésta realmente).

Muy conseguido el ambiente oscuro, espeso y vicioso de los tugurios, antros y garitos de apuestas que rodean de forma casi clandestina, o al menos oculta, a toda la parafernalia de las carreras de caballos, igualmente muy bien descrita. Igualmente, la caracterización de cada uno de los personajes está bien trabajada –incluyendo a los caballos-, así como el encaje de unos con otros y la forma en que interactúan.

¿Qué es la Buena Suerte? ¿Existe? ¿Cómo se alcanza? Fernando Savater nos hace su propia y curiosa propuesta.

Miguel Ángel León Asuero