La Guerra Civil y la Tercera España

Opinión:

Este libro rezuma un intenso apasionamiento a pesar de las décadas trascurridas desde la Guerra Civil española. A partir de la biografía de un familiar directo del autor, este se embarca en un ensayo enérgico y contundente, en el que propone la existencia de una mayoría de españoles que padecieron el enfrentamiento de las ideologías radicales de la primera parte del pasado siglo y su corolario de la guerra, que él llama la "Tercera España", esos españoles que sufrieron persecución y castigo por no adherirse a las versiones más radicales de los dos bandos que protagonizaron aquella etapa de nuestra historia, esos que este ensayista denomina las minorías extremas que nos llevaron a la guerra.

Se podrá estar de acuerdo o no con la tesis del autor, pero su defensa argumentativa entronca con una valiente y oportuna reivindicación de un espacio político moderado entre extremismos, ese mismo que condujo con éxito nuestra ejemplar Transición democrática, en el que se mezcla las posiciones de víctimas y héroes en la pugna por conciliar los extremos y evitar sus males, desde la óptica del sentido común y el respeto a la diferencia.

Es complicado abstraerse de la realidad histórica para aceptar pacíficamente que las mayorías más o menos silenciosas que asisten a los cambios políticos, sean estos violentos o pacíficos, puedan obtener una dimensión de categoría política perfectamente delimitada, porque necesitaría presumirse una cierta homogeneidad intelectual o ideológica equiparable a los otros con los que se pretende comparar, cuando su evidencia histórica parece limitarse a su condición más de víctimas que de protagonistas, de una situación política tan tensa que acaba en un conflicto bélico de trágicas consecuencias colectivas.

Además, presumir la existencia de esa Tercera España, al margen de la realidad electoral en tiempos republicanos o incluso del momento de conflicto entre dos bandos en guerra, sería elevar esos casos individuales de personas injustamente maltratadas en aquellos momentos históricos a una dimensión algo excesiva de una de tres posibles Españas en conflicto, lo que es complejo de asumir en la medida que exigiría contraponer tres espacios políticos de contornos bien definidos, más allá de las historias personales de los protagonistas más o menos anónimos de aquellos días.

Una complejidad que exige una equidistancia compleja entre esos dos bloques que el autor denomina minorías extremas, que no fueron tan minorías ni es justo ubicarlas en una cierta equivalencia apreciativa, aunque si fueran extremas en muchos de sus protagonistas y sus víctimas. Una propuesta intelectual ausente de otras referencias históricas que podrían haberse citado, como esas otras situaciones más o menos comparables de la Alemania nazi o la Italia fascista, que también arrasaron con los regímenes que les precedieron con violencia y represión, y que también provocaron casos de injusticia absoluta, en una etapa histórica también protagonizada por discípulos aventajados de la revolución rusa o de otras ideologías de raíces decimonónicas.

Sin duda es loable el encomio del autor en defender valores tan importantes como la tolerancia, el respeto, la no violencia, la protección de los perseguidos, en una memoria histórica que a menudo olvida hechos tan nobles como necesarios en el recuerdo y reivindicación, pero este libro va más allá proponiendo una nueva interpretación y definición de las Españas que protagonizaron uno de los momentos más difíciles de nuestra Historia.

Para que cada uno obtenga su propia conclusión, nada mejor que leer este libro, porque además de sus argumentos, no hay español que no tenga en las raíces de su propia familia alguna que otra evidencia o premisa que ayude a sostener o rechazar la propuesta de este autor. Un libro virtuoso en sus fines aunque no exento de cierta polémica en su planteamiento histórico, y por tanto una obra que ni dejará indiferente, ni podrá ser considerada otra obra más de la historia de nuestra guerra civil.

Jorge Riet