La escritora

Opinión:

Como ya nos demostró con su anterior novela "Para morir siempre hay tiempo", Carmen Conde nos vuelve a sorprender con una trama a caballo entre la novela negra y la policíaca construyendo un mundo de personajes que dan todo de sí mismos para envolvernos en un enredo de escritores, editores y negros literarios; esos que trabajan en la sombra desarrollando argumentos inventados por mentes retorcidas.

Y aplico este calificativo porque cuando el lector cree tenerlo todo atado surgen nuevos componentes con los que es imposible aparcar la lectura pues la imaginación de la autora nos pone a prueba en cada capítulo hasta ver donde somos capaces de averiguar, si nuestras sospechas van bien encaminadas o si por el contrario andamos tan perdidos como los personajes que dirigen esta investigación en particular.

La novela arranca con el brutal asesinato de dos niños recién nacidos a manos de una niña de tan sólo catorce años. Las circunstancias que le llevan a este macabro acto y sus consecuencias en el futuro, treinta y cinco años después, son alguno de los alicientes con los que nos encontramos a lo largo del relato.

Lucrecia Vázquez, escritora de éxito bajo seudónimo, también pertenece al mundo de los negros literarios y se dispone a aceptar el encargo de escribir una novela para una escritora de fama cuando ésta aparece muerta devorada por ratas. El infierno al que se enfrenta acaba de comenzar y tiene su continuación con nuevos cadáveres, todos del miso entorno y con similares métodos de actuación; y para terminar de enredar el misterio de las muertes aparece un manuscrito que relata todo lo que está sucediendo y lo que probablemente sucederá.

Como he comentado anteriormente, las subtramas no paran de aparecer y nuestra atención tiene que estar dirigida a diferentes puntos. A esto hay que unirle que en algunos momentos no sabemos a ciencia cierta si lo que leemos es parte de la realidad o algún fragmento ideado por el asesino. Lo que se traduce en mayor tensión y más ganas de continuar aventurándonos en las mentes de los protagonistas.

La parte policíaca corre a cargo del personaje del sargento Gerard Castillo, miembro de los Mossos d´Esquadra, quien se enfrenta a un caso mediático que los distintos cuerpos quieren evitar. Sus escasos medios y sentirse bajo las órdenes de todos sus superiores no le facilita el trabajo, además tiene que soportar el carácter de Lucrecia con sus tics producidos por un trastorno obsesivo-compulsivo y la sospecha inevitable de que ella es la culpable. Entre ambos irá surgiendo una relación de amistad pero también de desconfianza que nos transmitirán a lo largo de la novela.

La tensión con la que se vive el desenlace y los oscuros sucesos de un orfanato ponen el cierre a este genial thriller que sitúan sin duda a la autora entre las lecturas indispensables.

Porlomenix