La emperatriz goda

Opinión:

Como toda buena obra histórica que se precie es bueno, y a veces indispensable, allanar el camino hasta llegar al momento que nos interesa, a esa trama principal que nos ha hecho inclinarnos por su lectura. En este caso hemos de situarnos a finales del siglo IV, momento en el que Galla, la mujer de Teodosio I el Grande, da a luz una hija después de haber sufrido varias conspiraciones para que no lograse darle un heredero. Así nació Gala Placidia, una mujer que todos pensaron que serviría para establecer alguna alianza, sin sospechar que algún día se convertiría en un miembro destacado de la dinastía imperial.

Su vida está marcada, desde antes de nacer, por una serie de conjuras y traiciones de los pretendientes al trono de un imperio romano descompuesto. Siendo ahí donde resulta más atractivo este relato biográfico novelado de Gala Placidia, emperatriz goda y reina de los visigodos; pues los continuos enfrentamientos, tanto con otros gobernantes como con sus hermanastros, Arcadio en Oriente y Honorio en Occidente, nos ayudan a entender a la mujer luchadora y ambiciosa que se esconde detrás del personaje, una gran estratega política que supo afrontar los problemas que le llegaban desde el exterior de sus fronteras.

Las voces narrativas, que junto a la suya van desgranando este apasionante periodo histórico, son las de Aradeia, una niña abandonada años atrás y descendiente de las mujeres libres de Britania, y la de Marina, una esclava que vivirá junto a ella sus últimos días. Tres tipos de relato que nos hacen comprender, desde el enfrentamiento de las costumbres cristianas, que seguían implantándose progresivamente, con las paganas; a la importancia de los derechos sucesorios y las consecuencias que tuvieron estos para Roma. Las figuras femeninas que se dan cita durante la trama contribuyen a dibujar la época de una manera más amplia.

Desde el relato de Gala Placidia nos sumergimos en su pensamiento, compartiendo con ella tanto sus problemas como sus decisiones. Un enfoque de la autora que consigue que su biografía resulte interesante y atractiva. Su vida cobra el protagonismo de las grandes mujeres de la historia, destacando por ser una de las que más influencia tuvieron en el Imperio Romano; un papel que los textos han relegado a un segundo plano y que autores como Magdalena Lasala, o el premiado Santiago Posteguillo con la bilogía de Julia, se han empeñado en poner en el sitio que se merecen.

Alarico, Ataulfo o Constancio III son alguno de los nombres que se van turnando en la vida de Gala Placidia; con unos sufrió destierro, malos tratos e incluso permaneció encerrada, con otros logró que su descendencia diese continuidad a la dinastía Teodosiana. Todos ellos consiguen hacer del personaje una aventura en la que no faltan persecuciones, traiciones e intentos de asesinato. Una serie de contratiempos que mantienen la lectura en un nivel muy alto de intriga. También, porque la documentación histórica que estamos presenciando nos adentra en una época bastante inusual en la literatura de este género.

Una gran batalla a las puertas de Roma enfrentará finalmente a los mercenarios bárbaros de Alarico a los ejércitos romanos de Gala Placidia. Un desenlace con el que nos metemos de lleno en el terreno histórico para presenciar un imperio romano que cada día amanecía un poco más desmembrado y en el que Gala Placidia formó parte como emperatriz consorte de Constancio III y posteriormente como regente de su hijo Valentiniano III.

En definitiva, un relato que ayuda a completar la Historia del Imperio Romano cubriendo las lagunas que los antiguos textos olvidaron a través de una visión y una narrativa que os hará disfrutar de esta nueva aventura de la autora Magdalena Lasala.

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