La danza del sol

Opinión:

"La danza del sol" de Isabel Alba es una novela que no cuenta una historia, sino muchas. La familia Moscardó al completo (padres, hijos, primos, tíos, sobrinos, todos por igual) acapara en gran medida la atención del lector con ese viaje que tanto se parece a los viajes que todos hemos hecho en familia. Coches compartidos, discusiones familiares, críticas a espaldas del criticado, etc. Todo empieza con normalidad, con esta familia típica presentada por un narrador impasible y completamente omnisciente que no escatima en vicios, manías, inquietudes e historias del pasado de cada uno de los personajes. La nota de color, debida quizás a la variación, llega con la incorporación a la novela de personajes periféricos, de individuos tan prescindibles como una camarera o un pescador. En la misma línea se sitúa la historia paralela de Tamer Al-Zahar y su hermano, que han abandonado a su familia y empiezan a plantearse serios planes de futuro.

La prosa de Isabel Alba es impoluta. Con una gran capacidad psicológica, la autora logra presentar a los personajes de manera totalmente singularizada, lo cual no es fácil en una novela tan coral como "La danza del sol", en la que hay más de treinta personajes y todos parecen tener un protagonismo similar.

La narración se divide en tres partes, estructuradas cronológicamente en viernes, sábado y domingo a través de referencias bíblicas. Pero quizás los puntos más interesantes pueden encontrarse en su arquitectura narrativa: "La danza del sol" es una novela fragmentaria, formada por capítulos cortos a modo de cuadros en los que la acción es mínima y deja paso a la descripción. De hecho, muchos capítulos se alejan del estilo narrativo y plantean textos cercanos al poema en prosa.

"La danza del sol" de Isabel Alba es una novela atrevida y rompedora sobre la cotidianidad, las relaciones familiares y la conciencia.

Darío Luque