La cosecha de Samhein (El ciclo de la luna roja 1)

Opinión:

Fantástico en doble sentido de principio a fin. "La cosecha de Sanheim" no tiene sólo un atractivo, es un compendio de muchos: la propia Rocavarancolia con esa estructura tan extraña, la magia oscura que rodea puertas, barracones, torres…, el barrio en llamas (qué espeluznante), los seres que van encontrando conforme pasan los días, algunos para echarse a temblar… y la corte de monstruos que parece dirigir el cotarro a la espera de que el rey muera o siga viviendo…
 
Esta corte de seres extraños es de lo mejor que he visto en mucho tiempo. Dama Desgarro es un ser (difícil llamarla mujer) desgarrada por todas partes, que igual pierde la cabeza que le salen nuevas cicatrices, por ende, huele fatal y es desagradable a la vista. Dama Serena es un fantasma, y es bella, por tanto aparenta bondad. Esmael, el Señor de los Asesinos, destila maldad, pero tiene tanto atractivo como rechazo sienten algunos por él. Enoch el polvoriento es un vampiro de matrícula de honor: conserva el espíritu del vampiro del cine en blanco y negro, casi el que podría verse en una película sin voz, famélico, ansioso de beber sangre, ciertamente desagradable y en ocasiones capaz de provocar pavor. Dama Sueño al principio no da mucho juego, pero llega un momento en que el demiurgo entra en su sueño para hablar con ella y ahí se ve el potencial del personaje. Fantástico. Y luego tenemos al invisible alquimista Rorcual, al vendado y decrépito Belisario, que cual momia habita en esos reinos, a la solícita Dama Araña, que si bien su aspecto nos puede producir algo de pavor (sobre todo a los aracnofóbicos) no deja de ser un personaje bastante tranquilo, a los gemelos Lexel (uno contrapunto del otro), al demiurgo (mago) Denéstor Tul, y a Ujthan, un enorme guerrero lleno de tatuajes.
 
Y los doce niños también tienen su encanto. Los críos se identificarán en ocasiones con Hector, especialmente por su enamoramiento hacia la bella francesita, Marina; los gemelos o mellizos se identificarán con Madeleine y Alexander, los habrá que se ven un poquito en Bruno -al menos en la parte que conocemos al inicio, la del chico interesado en aprender, amante de los libros, porque luego…-, o en Marco o Ricardo, que se aprecian más adultos, o en Lizbeth ya sea por sus kilos de más o por su capacidad organizativa; o quizás en Rachel, tan distinta a los demás porque no le afecta la magia; o en Natalia, que antes de llegar a Rocavarancolia ya tenía sus propios monstruos en casa… Y claro, el niño número doce, que no conoceremos al principio, también será un aliciente para nuestras mentes inquietas y curiosas…
 
Pero lo cierto es que estamos no sólo ante una novela de personajes, si no también ante una historia de fantasía, terror, primeros amores, lealtad, cariño y una doble trama: la que viven los niños y la que viven los seres de la corte, divididos estos en los que quieren ayudar a la supervivencia de los niños (algo totalmente prohibido) y los que no tienen interés en inmiscuirse y salvan las distancias.
 
Y debo advertir que aparte de ser una novela que se lee con suma rapidez, ideal para los jóvenes, y algo que agradecemos los adultos que leemos de todo y a veces necesitamos desintoxicarnos de libros más espesos, es una historia con momentos de emotividad muy fuertes. Cuando estás llegando al final de este primer tomo conocer a los personajes ya no es la función de estas páginas… a partir del accidente que sufre el más pequeño de todos, Adrián, algo hace clic en tu corazoncito, empiezas a verles de verdad como críos tratando de salvar sus vidas sin la ayuda de sus padres o hermanos mayores, totalmente solos en un mundo infernal, hostil, peligroso…, y si eres sensible acabas llorando más adelante, con otro hecho mucho más emotivo. Así, José Antonio Cotrina no sólo se asegura a lectores de la trama si no también que ha llegado a los corazones de muchos con sus personajes.
 
La palabra clave es Mistral, y el hechizo de arañas que sufre uno de los niños será el punto más fuerte de la novela, el que les hará estremecerse.
 
Una novela que, a pesar del terror, es altamente recomendable para los amantes del género de distintas edades (con ella los adultos volvemos a ser un poco críos).
 
Anika Lillo