La ciudad de la piel de plata

Opinión:

Nos encontramos ante la novela más personal de Félix G. Modroño, y no porque en las otras entregas de esta trilogía sobre Bilbao no haya puesto algo de sí mismo, sino porque al desarrollarse en una época que le ha tocado vivir de cerca ha podido contribuir a su narración tirando de recuerdos en los que, como bien dice, muchos lectores se verán identificados o podrían añadir más de un apunte al episodio que aborda.

Pasear por el Casco Viejo de Bilbao, compartir anécdotas de los garitos de mayor fama, la inundación que sufrieron hace cuarenta años (agosto de 1983), el nacimiento de la festividad del Aste Nagusia (Semana Grande que se celebra durante nueve días del mes de agosto), o dejarse llevar por la pasión a su Athletic; son algunos momentos que comparte con nosotros junto con otros que son inevitables, como los atentados, las extorsiones a empresarios o el clima de miedo que se palpaba a diario y que, por desgracia, se convirtieron en algo cotidiano. Incluir en el relato a Otxoa, todo un icono de la cultura vasca, o una actuación de Platero y Tú en la que Fito Cabrales daba sus primeros compases, son parte del homenaje a la esencia de la ciudad de Bilbao.

Los planes de diseño del museo Guggenheim y sus posibles ubicaciones, así como los problemas que tuvieron antes de su construcción, permisos, expropiaciones o las amenazas de aquellos que no veían con buenos ojos el despilfarro económico existiendo otras necesidades, forman parte de la crónica de los muchos cambios que ha sufrido el País Vasco en las últimas décadas.

Una novela de personajes en la que también nos adentramos en un juego de metaliteratura con guiños a sus obras. Desde la dedicatoria, el autor nos hace recordar algunos pasajes de "La ciudad de los ojos grises", ambientada a principios del siglo XX, para recobrar a otra Izarbe conectada con esta novela; y a los personajes de Kepa y el detective Fernando Zumalde en la investigación por asesinato cometido al final de la guerra civil española que narra en "La ciudad del alma dormida".

Un cierre de trilogía que a su vez es una invitación para recorrer de nuevo la transformación de una sociedad, su expansión, la dificultad de su vida política o la recuperación de una industria que han dado a la región muchos años de abundancia; una ciudad que, aunque se encuentre a distancia, siempre está presente, y que Félix G. Modroño, fiel a su estilo, sabe verla con unos ojos diferentes.

Porlomenix