La ciudad bajo la luna

Opinión:

Vaya por delante que esta novela es de las que enganchan, con una buena historia, un lenguaje que se me ha hecho muy poético y agradable, y un desenlace a la altura; aunque es necesario leerla con suma atención hasta el final para atar cabos y acabar con la sensación de estar perdido en alguno de los tramos de este viaje, con secuencias que no cuadran y posibles gazapos. Y, lo peor para esta experiencia lectora, demasiadas faltas de corrección y ortográficas, que han contribuido a desconcentrarme en más de una ocasión.

Aun así, como he dicho al principio, la trama ha salvado todos estos inconvenientes. Hay que estar atento a los saltos en el tiempo, a la cronología, tanto de los hechos como del relato que va surgiendo. Dos espacios temporales: la trama central y las historias de principios del siglo XX cuando comienza esta aventura de esclavos, de raíces cubanas, de la ley seca y de las mafias que se aprovecharon de la prohibición del alcohol.

Aunque también resultan interesantes los relatos de otros tiempos, como el del capitán Adrien Chevalier y su participación en la Gran Guerra, la cual terminó en un campo de prisioneros alemán donde se recuperó de las lesiones producidas. Al terminar el conflicto regresó como un héroe pero con un cuadro de enfermedades psicológicas muy comunes entre los que sufrieron distintos episodios en la guerra. A lo largo de los capítulos se añaden algunos pies de página con diferentes trastornos, como la fatiga de batalla o la desorientación.

Desde el comienzo, Nerea Riesco juega con el lector señalando aquello que merece la pena retener y rastrear, e incluso hablando y comentando directamente, involucrándote en la búsqueda de los elementos que componen este desorden literario. Y es que, su propuesta, arriesgada, nos hace comportarnos como el mejor de los investigadores, cogiendo de aquí y de allá, y reordenando continuamente los frutos de las distintas investigaciones.

Por un lado, reconstruir los recuerdos de Adrien Chevalier a partir de una fotografía que le devuelve a los días junto a Belinda Miller, cantante de Jazz en el Cotton Club, y el sabor amargo de una despedida. Una historia de amor que nace en el Trasatlántico con destino Nueva York, cuando el capitán fue contratado para promocionar la ciudad de Sevilla, o todo el potencial histórico y lleno de romanticismo de ciudades como Madrid. Junto a él, su inseparable amigo, el periodista Gonzalo Aguilar, quien realiza la crónica del viaje y de otros sucesos.

Por el otro, los de la propia Belinda. Un viaje en el tiempo que nos lleva hasta Cuba y a un magnífico relato del Nueva York de los locos años veinte y la irrupción de las mafias tras la polémica Ley Seca, una prohibición que consiguió el efecto contrario al que se pretendía y de la que se aprovecharon todos aquellos que vieron ella un gran negocio. Una mujer enigmática que sorprende al lector de principio a fin.

Al final nos queda una novela negra, de corrupción a uno y otro lado del charco, con distintos tipos de mafias, pero con el mismo juego de dinero y poder, de mentiras y crímenes, con historias de amor que atrapan por la fuerza y el sentimiento con que están narradas.

Un narrador que no tenemos la certeza de quién es, pueden ser varios, incluso el propuesto por la autora; aunque aquí yo tengo el mío, y seguro que vosotros elegiréis otro cuando quedéis atrapados con esta novela.

Y, aunque al principio he sido algo duro, tengo que recomendar este viaje que contiene uno de los mejores giros que he leído últimamente y que convierte a la novela en una experiencia visual digna de la mejor película.

Porlomenix