La casa de las voces

Opinión:

Esta novela es un juego, un regalo para las neuronas, una sorpresa que viene de la mano de un puzle que solo puede resolverse al final y que mantiene la intriga en todo momento.

A estas alturas de la reseña (no olvidéis que os hablé del libro cuando salió en las novedades literarias de mi canal de youtube en vídeo) podéis encontrar quienes lo tengáis más complicado el libro en bolsillo pero en edición limitada. Advierto, no obstante, que si Carrisi os gusta, no esperéis siempre a que salga en bolsillo porque sus libros -y en especial este también- son una gozada.

En esta novela los personajes principales son: Pietro Gerber (el psicólogo infantil que utiliza la hipnosis para ayudar a los niños y que se hace llamar el adormecedor de niños) que guarda un secreto que no ha contado a nadie (ni siquiera a su mujer, también tiene un hijo pequeño) y que le tiene bloqueado: su padre también era psicólogo e hipnotizador de niños, compartían clínica pero no despacho, él le enseñó todo lo que sabía pero desde que murió tres años atrás la puerta de su despacho no se ha abierto.

Hannah Hall, la paciente que ha llegado a Florencia, un personaje de lo más curioso que llama poderosamente la atención porque siempre va igual vestida, fuma como un carretero, su bolso va pegado a su cuerpo como síntoma de desconfianza, y que cada vez que narra un recuerdo bajo hipnosis parece mandarle un mensaje al propio Gerber.

Es ahí cuando Gerber empieza a pensar que hay demasiadas casualidades y se obsesiona, y de ahí precisamente que la trama se convierta en puzle con consecuencias inesperadas. Y es ahí también cuando el lector sospecha continuamente si realmente esa era la niña "especial" que decían sus padres, poseedora de algún poder sobrenatural, capaz de ver a su hermanito muerto, ese que cree que ella asesinó cuando eran pequeños.

Él tiene la impresión de que la paciente intenta asumir el control pero con la terapia de hipnosis y regresión no era aconsejable romper la terapia; lo que sí reconoce es que la terapia se le está yendo de las manos.

Los siguientes dos personajes muy importantes en la novela son los padres de Hannah. Una pareja nómada que tiene reglas muy estrictas con la niña pero solo referente a su interacción con los extraños: cuanto más lejos, mejor. Es por eso que nunca están mucho tiempo en una misma casa, sin embargo la novela empieza con una en particular, una aislada, donde el padre provoca un incendio y la madre se esconde bajo tierra con la pequeña para hacerle beber algo que le dice que le hará olvidar y luego todo volverá a estar bien. Con ese inicio ya sabes que hay algo extremadamente raro y sacas tus conclusiones, y aun así jamás esperarías el final.

El por qué Hannah lleva a Pietro Gerber a tal extremo, acabando por obsesionarle y siendo influido por ella inevitablemente, es cosa de destapar algo del pasado, un secreto oscuro que no sabemos si viene de forma sobrenatural o quizás, terrenal y racional. Un plan.

¿Gerber está ayudando a Hannah a descubrir si asesinó a su hermanito o Hannah está ahí para que el adormecedor de niños siga unas pistas que le llevarán a su propio pasado y aquello que le bloqueó con su padre cuando, a punto de expirar, apenas pudo darle más que un mensaje que él jamás repetiría ante nadie?

Es maravilloso poder dejarte llevar por una novela de intriga como esta y jugar con el autor sin pararte a pensar si el libro es maravilloso o hay cosas que no te encajan. Es que es tan fascinante que te da igual que alguien te diga ¿pero para qué hace eso tal o cual personaje? No importa, lo que de verdad importa es que te mantiene pegado a la novela, a la trama, a sus personajes, y que te reserva un final brutal, absolutamente inesperado.

Aparecen otros personajes en "La casa de las voces" de Donato Carrisi, unos más irreales, como una niña fantasma, o una bruja llamada la viuda Violeta. Incluso ellas tienen sentido en esta historia de suspense psicológico. Por cierto, me gustaría añadir que la tensión va subiendo de intensidad conforme Gerber va obsesionándose pero que no es hasta muy avanzada la novela cuando se descubre todo.

Más personajes que aparecen en la novela tienen que ver con su pasado y su presente: en esos momentos Gerber está trabajando con un crío anoréxico que acusa a sus padres adoptivos de alguna aberración satánica, y precisamente es Hannah quien con una simple frase le dará la clave que él nunca vería si no la hubiera escuchado.

Una de las cosas que más me impactaron, sorprendieron y maravillaron es cuando cierto personaje le habla a Gerber de los padres de Hannah, unos nómadas muy libres que tienen terror a los extraños y por eso no permiten que la niña se acerque a ellos o diga su nombre; curiosamente uno de los juegos (así lo entiende la pequeña) es que puede ponerse el nombre que quiera en cada casa que habitan. Hay mucho de libertad y a la vez la sensación de terror y necesidad de escapatoria. Casas abandonadas, deshabitadas, en medio de ninguna parte, lejos de la civilización. La cuestión es que una sola frase respecto a quiénes eran los padres -y que no puedo decir aquí porque sería fastidiaros un secreto de la novela- me hizo ver con otros ojos a esa extraña familia tan libre y tan obsesionada por vivir al margen del mundo. Los "extraños" -así llaman a cualquiera que no sean ellos- son malos, quieren ir a por ella, porque es "especial".

Una de las frases más impactantes es "Si quieres vivir debes aprender a morir". Esa se la dicen a la pequeña uno de sus progenitores, que viajan de aquí para allá con una caja sellada con brea donde llevan, según Hannah, a su hermanito, Ado. Y ella le dice a Gerber que podía ver a Ado en su habitación: ¿un fantasma?, ¿una mentira?, ¿un recuerdo?... Y dejadme deciros que esa frase concreta y entrecomillada lleva también a una situación terrorífica y angustiosa cuando la lees. Una escena BRUTAL, en mayúsculas.

El comportamiento de Hannah es puro misterio, aparenta hacer las cosas sin maldad, es como la inocencia pura de una niña, esa a la que el psicólogo hipnotiza para conocer si asesinó a su hermano pequeño (este tema se resuelve), pero cada cosa que hace parece ir dirigida hacia el próximo movimiento del psicólogo. Hasta el propio Gerber es consciente de que hay una influencia de ella para con él que no debería existir y, sin embargo, no puede evitar dejarse llevar.

A partir de cierto momento el psicólogo descubrirá algo (tonto de mí, cómo no me di cuenta) y lo utiliza a su favor como "investigador", sin embargo eso no significa en absoluto que entendamos por qué Hannah hace lo que hace porque no lo sabe ni él.

Es por eso que el final es una pasada absoluta, algo tan inesperado como emocionante, la resolución de una intriga de puro suspense psicológico.

Toda la novela es intriga máxima, se mueve entre la teoría psiquiátrica o psicológica y lo sobrenatural o el poder psíquico, siempre en un hilo muy fino que hace dudar. Es magnífico su juego. Todo parece siempre dirigido por una mente que sabe más que nadie, una mano invisible que dirige los hilos y está allí para dar a Gerber las respuestas que necesita.

De verdad ¡Pedazo de libro! Por algo Donato Carrisi es mi autor italiano favorito. Menudo final, cómo encajan las piezas del puzzle y le dan sentido a una historia tan extraña que te hace dudar entre los posibles poderes de Hannah, o que ella conocía al señor B (el padre de Pietro) porque siempre iba por delante de Gerber, como conduciéndolo hacia un momento clave y descubrir el gran secreto que su padre nunca le contó. Eso, ni tú, ni yo, jamás podríamos haberlo imaginado.

Anika Lillo