La carne
Título: La carne
Título Original: (La carne, 2016)
Autor: Rosa Montero
Editorial:
Alfaguara
Colección: Narrativa Hispánica
Copyright:
© 2016, Rosa Montero
© Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U., 2016
Diseño de interiores : Alfaguara, inspirado en un diseño de Enric Satué
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2016ISBN: 9788420426198
Tapa: Blanda
Etiquetas: novela drama novela dramática misterio intriga sexo gigolós relaciones tóxicas parejas vejez diferencia de edad hipocondría miedos enfermedades enfermedades mentales locura arte maternidad muerte ópera secretos soledad desamor inmigración violencia autores malditos fracaso sobre literatura literatura española
Nº de páginas: 236
Argumento:
Soledad tiene 60 años y es comisaria de exposiciones. Acaba de sufrir un desengaño con su último amante y, despechada, decide contratar a un gigoló para que la acompañe a la ópera, donde espera encontrarse con su examante. El gigoló, Adam, tiene 32 años y es perfecto para los planes de Soledad. Sin embargo, esa misma noche ocurre un imprevisto que romperá los límites que Soledad se había establecido entre ellos y marcará el comienzo de una relación atípica y algo inquietante.
Opinión:
"La carne" aborda un tema nada desconocido para la escritora y periodista Rosa Montero y que apela a todos los lectores por el mero hecho de que somos seres humanos: nuestro cuerpo, la carne que nos permite experimentar la vida, será también nuestra condena a muerte y verdugo. Como ya profundizara con su compleja y maravillosa androide Bruna Husky, Montero nos ofrece una reflexión sobre lo efímero que es nuestro tiempo de vida y el terrorífico desfase que poco a poco se va creando entre la velocidad a la que nuestro cuerpo envejece y nos veta determinadas actividades y la permanencia prácticamente incólume de nuestra mente, de manera que llega un momento en que nuestra imagen externa no se corresponde con esa vocecita interna que nos define y debemos asumir la realidad: nuestra esencia está condenada a morir atrapada en una carne con fecha de caducidad.
Este es el máximo terror de la protagonista de "La carne", Soledad Alegre (con quien Rosa Montero se nota que se ha divertido muchísimo, nada más la ironía de su nombre ya lo subraya), una mujer de 60 años que tiene pavor a envejecer y que siente que sus mejores años ya han pasado y no ha sabido sacar de ellos todo lo que esperaba. Soledad es una mujer hipocondríaca que se cuida muchísimo y siempre viste impoluta, se esfuerza sobremanera por tapar sus años o camuflarlos con maquillaje y tratamientos corporales porque es plenamente consciente de su propia caducidad y el miedo no la abandona jamás. Temiendo tanto la muerte y la decrepitud, no es extraño que Soledad suela buscar sus compañeros en hombres más jóvenes que ella, así como tampoco sorprende la injusta inquina que suele sentir hacia cualquier mujer más joven que ella. En pocas palabras, Soledad sabe que es más que la imagen que le devuelve el espejo, pero al resto del género femenino lo juzga justamente por las apariencias, en una incongruencia que, descubriremos, es muy característica del personaje.
Partiendo de esta mujer de fuerte carácter y claras motivaciones, Rosa Montero construye una atípica historia… ¿de amor?, ¿de deseo? entre Soledad y el joven gigoló ruso al que contrata, Adam. Sin embargo, lo que empieza siendo un capricho y una estratagema para darle envidia a un ex amante (también mucho más joven que ella), se convertirá en una relación extraña, de difícil definición, que arrastrará a Soledad y le hará cuestionarse, una vez más, los pilares que sustentan su forma de ver la vida.
He disfrutado muchísimo con esta novela que devoré en apenas dos días, pero que he estado barruntando mucho tiempo después porque, una vez más, Rosa Montero ha conseguido crear una historia atrapante a nivel argumental al tiempo que muy provocadora intelectualmente. Me explico: "La carne" es una novela que, además del poder de la historia que nos cuenta (que lo tiene, y mucho), tiene un valor muy especial en cuanto a los sentimientos y reflexiones que despierta en el lector. No he pasado indiferente ante ella, la Ana que empezó leyendo no es la misma que terminó la lectura y eso, amigos lectores, sólo muy poquitos autores son capaces de hacerlo. Rosa Montero reinventa una temática que ya ha trabajado antes (recuerdo muy nítidamente un relato suyo también sobre la relación entre una mujer madura y un joven a lo largo de las calurosas noches de un verano madrileño) y la carga con nuevas y profundas interpretaciones que, a poco que leas con interés, te mueven algo por dentro. Y es que, queramos o no, seamos tan obsesivos con el tema como Soledad o no, todos, absolutamente todos, descubriremos un día que nuestro cuerpo es alas y cárcel de nuestra vida. Por ello, el título de la novela no podría ser más adecuado, "La carne", porque Montero intenta que veamos más allá de la historia de Soledad y Adam y nos quedemos con la esencia de la historia, que es la esencia de nuestra mortalidad misma.
De prosa subyugante, llena de fragmentos dignos de subrayar y sobre los que reflexionar, a "La carne" no le sobra ni le falta una coma y constituye, desde mi punto de vista, una de las novelas más completas de esta autora. Temas como la maternidad, el machismo (porque Soledad es profundamente machista), la pérdida, la asunción del fracaso, la identidad y el miedo, acompañan y refuerzan el que, considero es tema principal de toda la obra: el inexorable paso del tiempo y nuestra caducidad. Y, por si todo esto fuera poco, en la lectura se cuelan también datos sobre la exposición que Soledad está preparando en la novela. Titulada "Escritores malditos" sirve de excusa a la autora para introducir anécdotas sobre literatos que, de una manera u otra, también "sufrieron la vida" de una manera especial y que me han recordado a la deliciosa recopilación de relatos sobre literatura que publicó hace unos años ("El amor de mi vida").
Ahora bien, cabe resaltar que todo lo que he reseñado antes no quita para que la novela, además de profunda y digna de una lectura reflexiva no sea, a la vez, adictiva y muy interesante como historia en sí. Rosa Montero sabe muy bien lo que hace, no da puntada sin hilo, y además del estudio psicológico del ser humano que nos ofrece a través de Soledad, esta es una historia de intriga y pasiones que engancha y cuenta con una de las mayores virtudes que encuentro en la prosa de la autora: está cargada de un fino humor que sabe reírse de los tremendismos que ella misma propone.
Poco más que añadir, que no sea excederme en mi admiración hacia una autora con la que inicié mi andadura en la novela adulta cuando tenía 14 años, salvo que "La carne" es una muy buena novela que se devora y deja con infinitas ganas de más.
Ana Vanesa Cremades
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Comentario de los lectores:
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