La caja de botones de Gwendy

Opinión:

No os voy a engañar. Stephen King y Richard Chizmar no se han comido mucho el tarro buscando una historia original porque algo muy similar lo vimos en "La caja", la película protagonizada por Cameron Diaz (2009) basada, a su vez, en una obra de Richard Matheson (Button, button, 1970). Pero… el pero es positivo: tiene sus variaciones, es una novela corta (larga habría sido un error) y es ideal para introducir a los más jóvenes en la literatura de terror, porque "La caja de botones de Gwendy" es una lectura muy juvenil. De hecho la habría puesto en la sección de LIJ si no fuera porque consta como literatura adulta, pero como lectora experimentada yo creo que pueden leerla a partir de, aproximadamente, trece años. En el fondo se parece mucho a las novelitas de terror de R. L. Stine pero quitándole ese método infantil de Stine y añadiéndole algo más de intensidad.

No olvidemos nunca que las novelas de terror son etiquetadas como tal pero no dan miedo. Esa etiqueta nos sirve a los fans del terror seleccionar lo que queremos leer, pero a excepción de alguna novela muy concreta, las demás difícilmente pueden dar miedo. Lo que nos mola de ellas es, más bien, que tienen escenas perturbadoras o espeluznantes, oscuras o sobrenaturales. En este caso no las hay, tira más al fantástico.

El resultado es una novela muy entretenida, ligerísima de leer, con un formato muy chulo, y que te transmite cierta sensación de juventud literaria. La protagonista es una niña pero el tiempo va pasando, de forma que acaba ya adulta y con pareja. En cierta forma la novela esconde una moraleja, igual que las historias del coco o el cuento de Caperucita Roja (pórtate bien o, no hables con extraños o… en este caso se trata de apretar botones o no hacerlo, porque algunos botones pueden provocar tragedias).

En el fondo es una historia sobre el paso de la niñez a la edad adulta, la responsabilidad, el bien y el mal, el libre albedrío y las consecuencias de tus actos. Hacer el bien se premia. Con estas cinco palabras se puede resumir la historia.

La edición está salpicada por algunas ilustraciones a lápiz  muy efectivas, de hecho vienen de la edición original. El artista es Keith Minnion.

Como siempre que escriben a cuatro manos me pregunto qué o cuánta implicación de King ha habido en esta historia. El otro autor, Richard Chizmar, es muy valorado como escritor de relatos y tiene unos cuantos premios a sus espaldas.

Anika Lillo

Foto homenaje: