La buena suerte

Opinión:

"La buena suerte", de Rosa Montero, es de esas novelas que disfrutas mientras lees, que nos hace darnos cuenta de la realidad y plantearnos, tal y como se dice en la novela, que la alegría es un hábito.

Nada más comenzar a leer ya nos pica la curiosidad, y esto provoca que no soltemos el libro hasta que lo acabemos.

Por poneros en situación: Un hombre viaja en el ave, sin levantar cabeza de su portátil. Cuando llega a su destino, decide regresar una parada del tren por la que han pasado, y tiene que ser ahora, ahora mismo. Cuando llega a esa parada, en Pozonegro, llama por teléfono para comprar un piso. Y tiene que ser ahora, ahora mismo, a pesar de que es de noche. Saca de la cama al dueño, a un notario y desde el móvil transferencia y piso comprado. ¿No os parece un poco raro? A mí desde luego sí, y eso ha sido lo que ha provocado que me enganche a la novela totalmente. Sobre todo porque el piso, más ruin y en peor ubicación no podía estar. Entonces ¿por qué esa insistencia? Pero este secreto, el de Pablo, nuestro protagonista, no va a ser el único. Pozonegro está lleno de secretos. Así que vamos a estar pegados al libro hasta que descubramos todos.

La manera en que está narrado ayuda mucho a su lectura. Rosa Montero nos trae una sorpresa nueva en cada capítulo, no nos da tiempo a pensar ni a aburrirnos. Los capítulos son más bien cortos, así que devoraremos uno detrás de otro.

Me ha gustado mucho el hecho de que algunos capítulos están narrados desde la perspectiva de otros personajes. Ayuda a que la historia sea más completa, a tener más información y sobre todo, a ponernos los pelos de punta, porque nos anticipamos a algo que puede ocurrir pero Pablo aún no sabe, y seguimos leyendo con esa ansia de saber cuándo va a pasar o de qué manera. Podría parecer spoiler, saber lo que va a pasar, pero nada más lejos de la realidad.

Aparte de este pequeño thriller, en "La buena suerte", también vamos a encontrar mucha humanidad: miedo, amor, deseo, culpa, odio... y nos dará que pensar sobre lo que podemos considerar para nosotros la felicidad o la buena suerte.

Uno de los personajes, Raluca, es el que más huella me ha dejado. Raluca es huérfana, ha pasado por mil y una situaciones de pequeña, de adolescente y de adulta, y más cuando descubrimos su secreto. A pesar de todo siempre tiene una sonrisa, siempre intenta estar feliz y ayudar a los demás, y siempre le escuchas decir que "tiene buena suerte". Esa humildad, sencillez, es lo que le da vida al libro, a mi manera de ver, y nos hará plantearnos sobre nuestra "buena suerte". Seguramente que en más de una situación, por cualquier nimiedad, hemos dicho "qué mala suerte", o nos ha afectado de una manera más intensa. Y sin embargo Raluca, en peores circunstancias, ve la vida de otra manera. Quizá tengamos todos que aprender un poco de ella y hacer que la felicidad sea sencilla. Estaríamos mejor y también la gente de nuestro alrededor.

Pero no todo es bonito, también encontramos la parte fea de la vida. Lo ocurrido con Pablo y su hijo, su sentimiento de culpa, de abandono, y la manera que tiene de intentar arreglarlo también nos dará que pensar. ¿Puede ser que en la vida real ocurra como le ocurre a él con respecto a cómo se siente con su hijo? Resulta un poco antinatural que desde que tu hijo es pequeño, no "te guste", no "te caiga bien" ¿no? Quizá sea un sentimiento creado a raíz de lo sucedido, de la relación con tu pareja... pero cuanto menos, es un planteamiento curioso.

El resto de vecinos de Pablo también tienen su participación en la historia. El bueno de Felipe, nos hará plantearnos la vida respecto a la soledad y el llegar a viejos. La pequeña Violeta... nos hará ver que en ocasiones es mejor lo bueno por conocer que lo malo conocido. Benito y su egoísmo, su avaricia. Todos aportan algo, y sobre todo algo real con lo que nos podemos ver reflejados, o nos puede afectar.

En definitiva, leer "La buena suerte" puede marcar un antes y un después, y que decidamos que la suerte esté más de nuestro lado después de acabarlo.

Vane Gómez