La boca del diablo

Opinión:

Arrancamos fuerte, con la puesta en escena de la muerte de una muchacha a manos de un ser demoníaco y el relato de un campesino que, asustado por los ruidos que escucha su mujer en la noche, acude al granero y descubre algo horrible e inimaginable; aunque lo peor para él está por llegar al escuchar de boca de aquel ser como éste le llama por su nombre y le dice que se aleje, que aquello no es asunto suyo y nada tiene que ver con él. Cuando más adelante, se vuelva a narrar este suceso, el episodio llega de una manera menos amable, con todos los detalles y el buen hacer del autor moviéndose entre varios géneros.

Seguidamente conocemos a Baltasar de Zúñiga y a Juan Lobo, quienes han sido rescatados de un naufragio y su única preocupación es llegar ante el rey Felipe II para entregarle los documentos secretos del duque de Medina Sidonia, un encargo que pondría patas arriba parte de la historia de España: la Gran Armada ha sido vencida y es necesario que se envíen nuevos barcos a combatir contra los ingleses. Pero ellos poco pueden hacer ya y regresan con sus familias para disfrutar de un merecido descanso; para Juan Lobo resulta difícil, pues tendrá que lidiar con asuntos del corazón y con un pretendiente de su hermana empeñado en no respetar su decisión de ignorarle. Para el lector supone un episodio de desconexión ante lo que se avecina y donde podrá relajarse con las aventuras del protagonista mientras conoce leyendas de la época.

Pero el descanso llega a su fin y Juan Lobo es requerido por Baltasar de Zúñiga para un nuevo encargo: deberá escoltar a dos inquisidores, Fray Bernardo, Bernardo de Salazar y Frías, y Fray Gonzalo, Gonzalo Ramírez de Avellaneda, a cierta población de Toledo, Casarrubios del Monte; los frailes viajan para investigar unos sucesos donde se mezclan lo sobrenatural, las viejas rencillas y la oportunidad.

Juan Lobo y los frailes del Santo Oficio, Fray Gonzalo y Fray Bernardo, son tres personajes diferentes pero que unidos aportan a la trama de investigación la unión de todos los cabos sueltos con los que se encuentran. Si para uno todo se reduce al demonio y aquelarres practicados por las brujas; para el otro todo tiene una explicación e impera el sentido común y el análisis; para Juan Lobo todo es nuevo y lo que empezó como un servicio como soldado se convierte en una oportunidad de aprender y de ganar méritos frente a su superior Baltasar de Zúñiga.

Juan Lobo será ese Sancho que pregunta desde la inocencia y que discurre las enseñanzas e interpretaciones de los monjes; es el lector de esta aventura que todo lo analiza y se deja sorprender; es el mediador que a su vez hará que no sepamos muy bien de qué lado estar, si de la conspiración de brujas y demonios que asolan el lugar o de la más práctica y cercana a nuestros tiempos en la que las sospechas recaen en otros personajes que se podrían estar beneficiando de la escasa cultura de los campesinos y de las supersticiones con las que conviven.

La investigación y el conjunto de la novela nos lleva a disfrutar del género histórico, pues estos hechos de inquisidores y la España profunda y analfabeta ocurrieron en verdad; una de detectives, porque no olvidemos que el tema central de la trama es la desaparición de unas muchachas en extrañas circunstancias y que los personajes principales juegan a eso, a investigar y a ver culpables por todos lados, que para algo son inquisidores; de terror, suspense, intriga..., esos ingredientes que nos mantienen despiertos devorando sus páginas; y de aventura, que al fin y al cabo es lo que se vive en esta novela.

Porlomenix