la biblioteca de los muertos

Opinión:

Glenn Cooper , que se estrena como narrador con esta novela, posee una imaginación asombrosa, lo que tal vez sea su principal baza como escritor. "La biblioteca de los muertos" es el resultado de una amalgama inteligente de esos destellos de inventiva —capaces cada uno de ellos de originar una estupenda novela— y ofrece al lector una historia repleta de contenido, que cautiva porque acrecienta el interés y la curiosidad conforme van cayendo las páginas.

En ocasiones, sobre todo al inicio de la novela, el lector experimenta la sensación de hallarse ante varias obras distintas. Pero las diversas tramas–épocas–lugares acabarán por abrazarse y encajar, para dar forma a una historia sólida, cuyo detonante es el hallazgo de una antigua biblioteca integrada por unos volúmenes peculiares y de contenido escalofriante.

Su trama, compleja, requiere una visión panorámica. A medida que se avanza en la lectura, será preciso dar unos pasos atrás para replantearse la situación y contemplar una visión global del mundo de Cooper, para comprobar que todo obedece a una estudiada estructura. Por los constantes desplazamientos de la acción en el tiempo, la obra será del gusto tanto de los aficionados a la novela histórica como de los lectores de novela negra. Es cierto que de este maridaje de géneros resulta un híbrido ya muy manido hoy día, aunque quizá no siempre con el acierto que aquí consigue su autor.

Me seduce principalmente su variedad en todos los órdenes. Desde el piadoso prior —luego abad— Josephus en el siglo VIII hasta el exitoso pero hastiado agente del FBI que representa Will Piper, pasando por el huraño superdotado de Mark Shackleton, el espectro de personajes es rico y logrado en la mayoría de los casos, con la excepción de algún estereotipo que tal vez la trama impone. Desde los fríos muros de la abadía de Vectis al emplazamiento subterráneo de la misteriosa Área 51; desde los lujosos hoteles-casino de Las Vegas hasta la contundencia de los servicios secretos del Ministerio de Defensa americano, en los contrastes de sus diversos ambientes y situaciones reside uno de los mayores atractivos de la obra.  

Me ha parecido especialmente bien narrada la trama del equipo de arqueólogos. Todo lo relacionado con la excavación, los hallazgos y la manera de trabajar de los expertos tiene la frescura y veracidad de una crónica de la realidad, y es que Cooper estudió Arqueología en Harvard. Así cualquiera.

Lenguaje cinematográfico, con flashbacks y constante cambio de escenarios y personajes, que aporta un ritmo vertiginoso. No en vano, en muchas ocasiones durante su lectura, me ha parecido más un guión para una superproducción de Hollywood que una novela, algo que en este caso no parece reprobable. Si bien esta obra no puede presumir de grandes alardes literarios, nadie podrá negar que resulta sumamente entretenida. 
  
José Antonio Carbonell Pla