Javier Mariño

Opinión:

Con esta edición de "Javier Mariño", la cordobesa Editorial Almuzara recupera un texto bastante desconocido del autor gallego que tiene mucho de simbólico, pues la peripecia de la propia novela recoge buena parte de nuestra historia reciente. No en vano, se encuentra publicada en el seno de la colección "La guerra civil contada por sus protagonistas", cuando se cumplen los ochenta años de su fin. Se trata de la primera novela de Torrente Ballester, autor que después cosecharía tanta popularidad con la serie de "Los gozos y las sombras" o "La saga/fuga de J.B.". La novela parece tener mucho de autobiográfica, publicada en diciembre de 1943 y censurada días después de su puesta en librerías. Eran años en los que el novelista se encontraba bien integrado en grupos falangistas, una sombra que se extiende por la novela. No en vano, se publicó pocos años después de que el autor se integrase en la revista Jerarquía, publicación de adscripción falangista.

Para que no quede duda al lector de la filiación original del tiempo en el que Gonzalo Torrente Ballester escribió la obra, ésta comienza con una dedicatoria efusiva a Dionisio Ridruejo, un buen escritor pero sobre todo un personaje oscuro del franquismo, que con el tiempo mudó desde su posición de destacado falangista en los inicios de la dictadura a la organización del encuentro peyorativamente conocido como el Contubernio de Múnich, uno de los mayores hitos de oposición al Régimen.

Javier Mariño, nombre de la novela y del protagonista, es un anticomunista apasionado que cae enamorado de Magdalena, una joven que es todo lo contrario, una fervorosa comunista. La novela, leída en 2019, tiene tantos problemas para el lector común como interés para el estudioso de la literatura española del siglo XX y el régimen de Franco. El propio Torrente Ballester llegó a afirmar que "Hubiera preferido no haber escrito 'Javier Mariño'; de escribirlo, que su ideología estuviera más conforme con la mía actual…" En los problemas para el lector a los que me refería destaca un protagonista repelente, con una visión antipática y rancia de la realidad. Resulta imposible, por más esfuerzo que uno haga, llegar a sentir cierto afecto por él como persona o su mirada hacia los demás. Después está la ideología, Torrente moviendo su texto de manera constante en el terreno pantanoso del fascismo. Pero aunque pareciera que la política es el mayor escollo para disfrutar "Javier Mariño", en realidad lo que más se atraganta es que Javier Mariño sea un tipo antipático, cínico, con una moral retorcida y retrógrada. Sus afirmaciones y pensamientos en torno a  temas como la moral social o la honra, y el machismo que domina su visión de las relaciones personales resulta imposible de digerir, aunque uno pretenda hacer el esfuerzo de poner la obra en su contexto y no juzgar desde la mentalidad del siglo XXI. Como señaló muy bien Ana Gómez Pérez en su artículo "Torrente Ballester y el espectro del fascismo", en "Javier Mariño" Torrente Ballester cuida de no caer abiertamente en el fascismo, pero no cesa de señalarlo siempre, aunque sea de manera oblicua.

¿Qué nos puede llevar a interesarnos por "Javier Mariño" entonces? Su valor histórico, innegable. Este texto rescatado por Almuzara (existe ya una versión publicada en democracia, en la editorial Seix Barral) es un documento de la época, por eso la editorial hace muy bien en colocarlo en esta colección que explica la guerra civil española desde sus protagonistas. Su valor radica en la capacidad de la novela para ofrecernos una lámina de las preocupaciones de la época, de poner en boca de los personajes el debate de un mundo que se enfrentaba a la lucha encarnizada entre el fascismo y el comunismo. Huelga decir que la inquietud que nos transmite es la de los simpatizantes con fascismo y falangismo. Para los estudiosos de Torrente, el texto es fundamental para explicar esa sombra que siempre ha acompañado al escritor gallego de artista incómodo políticamente hablando, aunque hacia la mitad de su vida se despegase mucho de la política y decidiera dedicarse por completo a la literatura.
"Javier Mariño" es una rareza que permite entender mejor al propio Torrente Ballester (aunque sean sus más oscuros inicios), y la época en la que el libro fue concebido, pero no una novela que permita disfrutarse como tal.

Rafael Ruiz Pleguezuelos