infancia, adolescencia y juventud

La descripción de su familia y su casa componen el comienzo en Infancia, y luego, las actividades más importantes: una jornada de caza (la caza era una pasión de Tolstoi, le servía para desfogarse y canalizar su tremenda vitalidad), previa al traslado de él y su hermano a Moscú, a casa de su abuela, para recibir educación allí, ya que hasta el momento, habían sido educados en el pueblo por un tutor, de un modo muy libre. Las relaciones sociales en Moscú, los amigos infantiles, los bailes, su primer amor ingenuo, todo ello es relatado por un muchacho apasionado y muy emotivo. La muerte de la madre, con la que termina esta parte, es un capítulo realmente impactante, muy emotivo.

En Adolescencia, Tolstoi evoca la vida en casa de la abuela, sus trastadas continuas –era un niño inquieto y conflictivo- sus relaciones con los preceptores, primero con Carlos Ivánovich, de que cuenta su triste historia, y luego con Saint-Jerôme. Finaliza esta segunda parte con la muerte de la abuela –esta ya vivida con menos sentimiento- y sus preparativos para entrar a la Universidad.

En Juventud, la noticia del nuevo casamiento del padre trastorna su vida y crea una cierta revolución en el hogar, aunque los hermanos vuelven a Moscú para sus estudios. Las veleidades amorosas del joven Lev/ Nikólenka, su fuerte amistad con Dimitri, las juergas con amigos de la facultad, las visitas sociales, las primeras pipas y licores... todo ello es vivido por el autor entre profundas reflexiones y una gran dosis de culpabilidad. Finaliza con el inevitable suspenso del primer curso.
 
Obra de juventud, escrita aún en su veintena, pero donde ya el autor comienza a manifestar su magnificencia, y lo que posteriormente serán sus grandes obsesiones: el amor, la culpa, la interacción con la Naturaleza, la compasión por los desvalidos, la muerte. 
  
Ariodante